Gonzalo Zúñiga, Maria Muñiz, Lucia Ruiz Vila / EPE
2013. Enredados
Acunada por
el mar y mecida por una lluvia persistente, que nos acompaña todo el año,
Cantabria es una comunidad condicionada y definida por el agua. Un bien natural
que, pese a su abundancia se ha convertido en un lujo para muchos seres
humanos, por la falta de cuidado y un uso adecuado. Esa conciencia colectiva ha
dado sus frutos, en nuestra comunidad, en una de las instituciones punteras, a
nivel mundial, en la gestión e investigación sobre el agua, hasta el punto de
que sus investigadores trabajan en este momento en proyectos ambientales en
tres continentes. Es el Instituto de Hidráulica ambiental de Cantabria (IH), y
navegamos por él de la mano de su director general, Raúl Medina, ingeniero
civil y profesor de ingeniería costera de la Universidad de
Cantabria (UC).
El
instituto y la fundación que sirve para gestionarlo nacieron en 2007 de la
fusión de dos grupos de trabajo de la
UC dedicados a temas de agua. Desde entonces estudian el agua,
dulce o salada y todo lo que contiene (nutrientes, sedimentos o contaminantes, todo
lo que envuelve al agua, incluyendo manufacturas (presas, embalses, diseños de
ríos…) y también la gestión del agua. Un ejemplo son los últimos proyectos
desarrollados por el IH. Así, el ministerio de medio ambiente de Egipto ha
contratado al instituto para realizar un plan de gestión de 400 km de costa, determinando
los usos de esa costa y las actividades que no se deben hacer, donde construir
hoteles o donde hacer las carreteras, todo para conseguir preservar esas costas.
Otro de tipo de proyecto es el que se ejecuta en Omán, donde el gobierno les ha
contratado para desarrollar un sistema de alerta temprana ante tsunamis. Otros
son los que actualmente se realizan para la ONU , en el estudio de inundaciones en el Salvador,
o sobre el impacto del cambio climático en las playas del Sudamérica. O
trabajos en hidrobiología sobre ecosistemas marinos y fluviales, en los que
están trabajando para intentar recuperar el ecosistema de los estuarios
Pero
siempre con un factor común, el estudio y análisis del agua. En ocasiones el IH
desarrolla trabajos de campo vitales para la protección del medio y las
personas, para el equilibrio entre los humanos y la naturaleza. Pero en otras,
el IH desarrolla modelos de análisis y estudio que permiten a otros
investigadores realizara sus estudios o sus planes. Es el caso del IH-2VOF, el
IH-3VOF o del IH FOAM, modelos que permiten el estudio y predicción de la
interacción del oleaje y el viento, las resistencias de las infraestructuras
costeras o el estudio energético de ondas y flujos de marea. Ello ha permitido
llevar a cabo, con otras instituciones planes de producción energética,
desarrollo de materiales para escolleras y puertos o sistemas de predicción de
olas que permiten proporcionar información, por adelantado, a los amantes del
surf y, de esa manera, apoyar al turismo (el sistema surf zone).
En la
actualidad el IH lo forman 140 personas, en su mayoría contratados fuera de la
universidad, y que cubren todos los campos de la investigación del agua
(ingenieros de todas sus especialidades, biólogos, especialistas en ciencias
ambientales y del mar e, incluso, bogados, economistas o físicos, geógrafos.
Pero el
mantenimiento de esta infraestructura humana y de investigación es costoso, por
lo que el IH ha sabido combinar el trabajo científico con la rentabilización
económica de su labor. En la actualidad el 73% de los trabajos se realizan fuera de
España, siendo más abundantes los trabajos para administraciones publicas.
“Quizá uno
de los más trascendentes sea el que hicimos para el Ministerio de Medio Ambiente
de Egipto. Un proyecto en la zona de Alejandría, que tiene el 40% de la
industria de todo el país, donde viven 5 millones de habitantes que viven en un
tramo de costa muy pequeño y degradado, y donde el Banco Mundial convocó un
concurso para hacer un estudio de la mejora de ese tramo de costa. Y el que
actualmente desarrollamos en Oman sobre sostenibilidad”. Es solo un ejemplo de
los muchos que nos expone el profesor Medina y que también representan el afán
del IH por desarrollar medios para aumentar la competitividad de nuestras
empresas.
“¿Nuestra
mayor preocupación?, frenar el deterioro de nuestra costa. Pensar que tenemos
un 16% de costa degradada en España,
mientras que el 19% ya no es costa es un muro. En el arco mediterráneo el 53%
necesita algún tipo de actuación de restauración, por la calidad del agua, por erosión
o por problemas derivados de la ocupación. Pero España no es el único reto.
Fuera de aquí hay zonas costeras extremadamente deterioradas, como en
Palestina, donde todos los desagües de
aguas fecales evacuan directamente en las playas, generando un circulo de la pobreza ambiental, en el que el
uso y el abuso se alimentan, reduciendo además los recursos y el futuro de esa
población”.
Para los
miembros del IH, el gran objetivo no es tanto física ambiental como el modelo
de gestión. “Tiene que aumentar la coordinación entre las diferentes
administraciones, por ello va a dictarse una directiva europea que obligará a las
administraciones que tienen una competencia en la costa a que tengan un sistema
que les permita coordinar sus decisiones, evitando así que unas y otras se
entorpezcan”. Este es el IH, el único centro ITS que no recibe ningún tipo de
subvención, que se auto financia con los ingresos de sus trabajos. Y es de
Cantabria.
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