Teresa Álvarez,
Nilo Merino
“¿Vas a
quedarte ahí tendido para que te maten, o te vas a levantar y hacer algo para
arreglarlo?”
Teniente
anónimo, sector Easy Red.
6 de junio
de 1944.
6.05 de la
mañana.
La playa de
Omaha se sitúa entre dos promontorios rocosos. Más allá de la altura máxima de
la marea (unos 275 metros )
se encuentra un banco de rocas, zona en la cual cabe destacar un rompeolas de
hormigón de unos dos-cuatro metros de altura. Las zonas no cubiertas por el
rompeolas estaban ocupadas por grandes acumulaciones de arena, al pie de los
acantilados, que sólo presentaban ramblas en cinco puntos.
Todas las
defensas alemanas se situaban en las playas: su plan era contener a los
asaltantes allí. Se construyeron cuatro líneas de trampas en el agua, en el
siguiente orden: una línea discontinua de doscientas puertas belgas con minas
terrestres acopladas a los palos, una línea continua de troncos clavados en la
arena apuntando hacia el mar (uno de cada tres de ellos coronado por una mina
antitanque), una línea continua de los conocido como “espárragos de Rommel”,
diseñados para hacer volcar las lanchas de desembarco y una línea continua de
erizos. El área entre el banco de rocas y los acantilados estaba plagada de
alambre y minas, al igual que sobre las paredes de los acantilados.
La defensa
fue realizada por cinco compañías de infantería, concentradas en puestos
fortificados, alrededor de las entradas a las ramblas y protegidos por campos
de minas y alambre. Las posiciones entre los puestos estaban conectadas por
trincheras y túneles. Ninguna zona de la playa quedó sin cubrir, y la
disposición de las armas aseguraba que se podía arrojar fuego flanqueado a
cualquier lugar de la playa.
Aunque se
esperaba que la 716ª División defendiera las playas, el día del desembarco
éstas estaban protegidas por la experimentada 352ª División de Infantería.
En cuanto
al plan de ataque americano, Omaha fue dividida en diez sectores: Able, Baker,
Charlie, Dog Green, Dog White, Dog Red, Easy Green, Easy Red, Fox Green, y Fox
Red.
El asalto
inicial debían llevarlo a cabo dos Equipos de Combate, apoyados por dos
batallones de tanques y dos de Rangers.
El comienzo
de los desembarcos estaban planeado para las 6:30 (Hora H), durante la subida
de la marea, precedido por un bombardeo naval y aéreo sobre las defensas de la
playa, y por la llegada de los tanques cinco minutos antes de la Hora H.
El objetivo
era tener despejadas las defensas de la playa para H+2 horas, tras lo cual las
ramblas tendrían que estar abiertas y permitir el tráfico de salida de la playa
a H+3 horas. Al final del día tendrían que haber quedado establecida una cabeza
de puente conectada con el Cuerpo XXX Británico, que había desembarcado en la
playa de Gold.
La fuerza
del ataque contaba con más de treinta y cuatro mil hombres y tres mil
trescientos vehículos, con apoyo naval proporcionado por dos acorazados, tres
cruceros, doce destructores y ciento cinco naves más.
A pesar de
los minuciosos preparativos, muy poco transcurrió según lo planeado. Diez
lanchas de desembarco se perdieron antes de alcanzar la playa, debido a la mar
agitada. La mayor parte de los tanques se hundieron por el camino, todo ello
aderezado con el humo procedente de la playa y la niebla matinal, que ocultaba
los puntos de referencia que debían emplear para guiarse.
En cuanto
las embarcaciones se aproximaban a unos pocos metros de la orilla, recibían un
intenso fuego de armas automáticas y artillería. Retrasados por el estado del
tiempo y tratando de evitar disparar sobre vehículos amigos, los acorazados
descargaron su artillería tierra adentro. El mar estaba demasiado agitado, así
que se tomó la decisión de transportar a los tanques durante la totalidad del
trayecto hacia la playa; muchos de ellos fueron rápidamente neutralizados.
De las
nueve compañías que desembarcaron en la primera oleada, sólo la Compañía A , en Dog
Green, y los Rangers a su derecha consiguieron desembarcar donde se pretendía.
En cuanto
la infantería saltaba de los vehículos de desembarco, se encontraban sobre
bancos de arena a cuarenta y cinco o cien metros de la orilla. La mayoría de
las secciones tuvieron que hacer frente a todo el peso de las armas ligeras,
morteros, artillería y las zonas intercaladas de fuego de ametralladora. En los
lugares donde el bombardeo naval había dejado la hierba ardiendo, como en Dog
Red, el humo resultante dificultó la visión de las tropas que desembarcaban e
impidió a los defensores disparar con efectividad.
Al igual
que la infantería, los zapadores quedaron alejados de sus objetivos. Bajo un
fuego intenso, se pusieron a la tarea de despejar huecos a través de los
obstáculos de la playa, un trabajo dificultado por la pérdida de equipamiento,
y por el hecho de que la infantería utilizaba para cubrirse los obstáculos que
intentaban neutralizar. Sufrieron grandes bajas cuando el fuego enemigo detonó
los explosivos con los que estaban trabajando. No obstante, consiguieron
despejar seis huecos, a costa de haber sufrido unas bajas superiores al
cuarenta por ciento.
Al no
obtener el éxito deseado durante las misiones iniciales de asalto, se ordenó
una segunda oleada de desembarcos, de mayor tamaño, destinada a la aportación
de refuerzos de las tropas asentadas en la playa y al reabastecimiento de
armamento y cargos de mando dentro del ejército. El fuego alemán se repartió
por la playa, ya que con la llegada de las nuevas tropas había mayores riesgos
de que las fuerzas Aliadas llegasen hasta sus líneas, lo cual facilitó un poco
esta segunda oleada (aunque en algunos sectores de la playa el número de bajas
fue similar al de la primera oleada) Cabe destacar que a partir de esta oleada
no hubo presencia blindada.
Los
ingenieros, con la tarea de despejar las salidas, no pudieron cumplir su
cometido al perderse el equipo en los desembarcos. Sobrevivieron pequeños focos
de resistencia a lo largo de la playa, parapetándose tras los bancos de rocas,
que ofrecían cobertura contra armas ligeras.
Alrededor
de las 9.30, en Easy Red, observadores alemanes informaron de la pérdida de uno
de los búnkeres que defendían la rambla E-1 y de que sólo había una
ametralladora disparando. Se trataba de Heinrich Severloh, la Bestia de Omaha, que estuvo
disparando su MG.42 hasta las 3.30 de la tarde, causando alrededor de dos mil
bajas.
A las
13.35, el puesto de mando alemán informaba de que el ataque había sido
repelido, aunque había pequeñas fisuras en la línea de defensa. A pesar de
todo, el cuartel de campo alemán solicitó refuerzos, que le fueron denegados
por la superioridad aérea Aliada.
Los
desembarcos tratan de aproximarse cada vez más a las ramblas, los objetivos
originales, pero al ser allí más fuertes las defensas, son repelidos en todas
las ocasiones. Sólo consigue avanzarse en los sectores de acantilados, donde
las defensas eran más débiles. Los restos del segundo batallón de Rangers
escalaron los barrancos cerca de Dog White, creando aberturas en las alambradas
con un bangalore (explosivos de muy difícil montaje) Se estableció un grupo de
mando en la cima del acantilado; al ver esto, los alemanes dieron el incorrecto
informe de que el búnker que coronaba la cima había sido tomado, ordenándose la
evacuación de los defensores.
En los
demás sectores de acantilado se fueron produciendo avances similares, aunque
algo más lentos, dificultados por la presencia de minas adosadas a los
acantilados.
Mientras
tanto, en la playa, el coronel George Taylor, en un arranque patriótico,
consiguió que sus tropas, completamente desmoralizadas debido al fuego
constante, cargasen contra las defensas alemanas gracia a la siguiente frase:
“En esta playa hay dos tipos de hombres: los que están muertos y los que van a
morir. Bien, luchemos ahora para morir tierra adentro”. Organizó a los hombres
sin tener en cuenta su unidad, poniéndolos bajo el mando del oficial más
cercano, consiguiendo que llegasen al pie de los acantilados.
A pesar de
las penetraciones hacia el interior, no se habían cumplido los objetivos clave,
ya que las ramblas seguían cerradas, y los vehículos aún no podían salir de las
playas. Las zonas de desembarco de vehículos eran escasas y rápidamente se
suspendieron.
Según
avanzó la mañana, las defensas se fueron debilitando, gracias a los esporádicos
bombardeos y a la presencia de los tanques.
Las
pequeñas penetraciones consiguieron envolver las defensas alemanas,
distrayéndolas, y la artillería pudo ser desembarcada, siendo altas las bajas
en estos cuerpos, permitiendo barrer las defensas y conseguir tomar la playa.
Imagen
clasesdehistoria.com
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