Rocio
García
Es el 450
aniversario del descubrimiento de Canadá por Jacques Cartier. Discurre el año
1984. La ciudad de Quebec busca una manera original, cercana, imaginativa y
audaz para celebrar dicho acontecimiento.
Las miradas
se dirigen hacia el este de la ciudad. En la población de Baie-Saint- Paul un
grupo de artistas callejeros agrupados bajo el nombre de “Les Échassiers de
Baie-Saint-Paul” (los zancudos de Baie-Saint-Paul) no dejaba de impresionar a
los residentes de dicha localidad. Uno de estos artistas era Guy Laliberté, el
futuro fundador del Circo del Sol.
Este último
convence a las autoridades para que sea su compañía la que mediante una gira
por la región acerque a sus ciudadanos la celebración de tan señalada fecha. Es
en este momento cuando nace de manera oficial una de las mayores y prestigiosas
compañías de entretenimiento del mundo.
El Circo
del Sol comenzó con 73 personas en plantilla. Hoy en día cuenta con 5000
empleados de los cuales 1300 son artistas. Pertenecen a 50 nacionalidades
diferentes y se hablan 25 idiomas distintos. Desde su fundación en 1984 más de
100 millones de espectadores han asistido a sus múltiples espectáculos. No
reciben ningún tipo de subvención pública o privada, es decir, se autofinancian
con los ingresos que obtienen de sus representaciones a lo largo y ancho del
mundo.
Actualmente
su sede se encuentra en Montreal (Canadá) donde trabajan cerca de 2000
personas, incluyendo el staff creativo.
¿Podía
imaginar Laliberté en 1984 el éxito de su recién estrenada compañía?
Con toda seguridad, No. De hecho, los
comienzos fueron de fracaso en fracaso desde el punto de vista económico. La
insistencia en una manera de hacer las cosas junto con la imaginación y
creatividad que el fracaso y la necesidad te proporcionan acabaron por
imponerse.
Cuando
piensas en ir al Circo en tu mente está la idea de ver una sucesión de
espectáculos propios tales como payasos, animales, trapecistas…etc donde la
capacidad de sorpresa es muy limitada. Es ahí donde radica el verdadero éxito
del Circo del Sol. Para empezar no hay ninguna actuación que tenga presencia de
animales. Del resto del repertorio poco se puede decir con antelación. Solo hay
una cosa segura: no te dejará indiferente.
Desde que
te deslizas en el interior de la carpa, todo cuanto te rodea ataca a tus
sentidos haciendo que estén en continua alerta esperando por dónde y de qué
manera se verán sobresaltados.
Las
actuaciones son audaces, intrépidas y representativas de distintas culturas.
Son coloristas y en algunos casos interactivas. De hecho el verdadero
protagonista del Circo del Sol es el espectador, quien con su reacción es el
qué marca el devenir de los futuros espectáculos.
Cuando
entras en la carpa incluso los olores percibidos están coordinados con la
representación del momento.
La banda
sonora no es la tradicional, ni mucho menos está grabada. Los músicos están
estratégicamente situados en el escenario tocando la música en vivo. Todo hace
que cada función sea singular y dé la sensación de que ese espectáculo se está
representando para tu disfrute personal.
La palabra
clave en esta compañía de entretenimiento es “creatividad”. Para lograr que
esta característica se imponga es fundamental no poner límites a los sueños. Es
por ello que se potencia y se premia la función creadora de todos y cada uno de
los empleados. La creatividad no sería nada sin la necesaria audacia para
acometer aquello que una imaginación sin límites ha creado.
El Circo
del Sol, como empresa que es, se ha apoyado en un cuidado márquetin que hace
que su producto sea muy sugerente para el potencial espectador. Prueba de ello
son los nombres de sus distintos espectáculos: tanto los permanentes como los
itinerantes que representan a lo largo de todo el mundo. Alegría, Amaluna,
Corteo, Dralion, Ká, Kouza, Mystere, Saltinbanco, Zarkana y Zumanity son un
ejemplo.
El Circo
del Sol ha decidido implicarse en la sociedad que le rodea ayudando a través de
diversos programas a jóvenes con dificultades. A su vez se preocupa por el
futuro, luchando contra problemas globales como la pobreza mediante la
asignación de recursos económicos. Circo del Sol cree que el arte, los negocios
y las iniciativas sociales juntos pueden contribuir a construir un mundo mejor.
El Circo
del Sol se ha hecho acreedor de numerosos premios como un Bambi, varios Rose
d´Or, un Drama Desk y varios premios Gemini y un Primetime Emmy. A su vez está
recogiendo en estos momentos un gran éxito económico.
Todo esto
supone que su manera de hacer las cosas no solo tiene una aceptación por parte
del público (imprescindible) sino también de la crítica. La universalidad de
sus espectáculos con artes de todo el mundo hace que su aceptación sea global.
Por otra parte las características como el atrevimiento, la destreza, la
elegancia, las actuaciones acrobáticas y la representación de mundos
imaginarios son entendidas y aceptadas por un público universal.
Los
artistas son elegidos cuidadosamente y tienen distintas procedencias: gimnasia,
natación, ballet, canto… Tras su elección residen en la sede de Montreal donde
permanecen a la espera de que les sea asignado un espectáculo. En esa misma
sede se desarrolla el vestuario, la puesta en escena y todo cuanto concierne a
cada uno de esos espectáculos.
En
definitiva, es muy difícil contar lo que es el Circo del Sol porque el Circo
del Sol es una experiencia que no se cuenta sino que se vive. Y en cualquier
caso el que no ha ido nunca, desea ir por primera vez y el que ya ha ido desea
volver porque se sentirá como si fuera la primera vez.
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