lunes, 18 de marzo de 2013

Sexual e intersexual, un debate pendiente


Marta Bustamante


Homosexual y heterosexual son palabras cuyo significado conoce todo el mundo y que, me atrevería a decir, todo el mundo pone demasiado empeño en demostrarlo.
Palabras tan conocidas como aquellas pero no tan bien asimiladas son: intersexual, transexual, bisexual, etc etc. porque, como algunos dicen: “mariconadas las justas”.
Pues bien, mi artículo de hoy va sobre vocabulario, más concretamente sobre dos palabras: transexual e intersexual.
Intersexual es aquel que por una anomalía congénita no se sabe de qué sexo es (tiene caracteres tanto masculinos como femeninos). Existen numerosas patologías con una clasificación científica (de esas con muchos números y letras, algo así como la matrícula del coche) sobre la que cada día descubren más cosas.



Existen hombres que en la pubertad desarrollan pechos, mujeres con un testículo,... y aunque no siempre es tan estrambótico tampoco es por ello menos grave. Sobre todo porque cualquier cosa relacionada con el sexo, culturalmente es una cosa que: o no hace ninguna gracia o la gente se “mea” de risa.

Transexual es aquel que no se siente cómodo en el cuerpo que le ha tocado. Estas personas tienen una concepción totalmente dualista de sí mismas: una cosa soy yo y otra cosa es mi cuerpo. No están satisfechas con su cuerpo e incluso sienten vergüenza. Necesitan cambiarlo.
Lo que no sabe la gente de la transexualidad es: que comienza en la infancia; que existen cada vez más casos de niños acomplejados por su cuerpo; que los padres no saben qué hacer, piensan que es una fase, que les salió la niña marimacho o el niño un poco afeminado pero ni se les ocurre pensar que son transexuales, “¿dónde está el límite?” preguntan desesperados “¿hasta que punto es consentir un capricho infantil o ayudar a un hijo perdido?”; el niño que se quiere cambiar de nombre porque es de chico y él es una chica; un largo etc. ; y llegamos a la pubertad, que es el verdadero problema porque significa ponerle fecha tope a una decisión que, por todo lo dicho y más, es muy complicada.
Bueno, ya que he mencionado la pubertad me voy a meter un poco con ella. En la pubertad al aparecer los caracteres sexuales es el momento en el que se ve si el niño era transexual “puro” o si sólo era una fase caprichosa. En ambos casos existe una solución. En el primero, se pueden suministrar hormonas que bloquean el crecimiento, siendo el siguiente paso suministrar hormonas del sexo contrario. El órgano reproductor no va a variar así como así , evidentemente, pero sí por ejemplo el desarrollo de las mamas lo que puede hacer sentirse a estas personas más confortables en su cuerpo.
En el segundo de los casos bastaría con dejar al niño evolucionar. Este caso es el mayoritario, pero no por ello hemos de menospreciar el anterior. Y además no se puede decir: “bueno, optamos por dejarle desarrollar y, si no, pues le cambiamos”. No, porque no se puede ir hacia adelante y hacia atras, si no que es algo que se puede desviar pero no retroceder.
Para finalizar, quisiera dejaros los nombres de algunos vídeos que podéis encontrar en youtube para los más interesados: “la ablación en personas intersexuales” y “mujer intersexual americana”.
Y también http://ver-documentales.net/gente-extraordinaria-mama-soy-transexual/.





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