Marta
Bustamante
Homosexual
y heterosexual son palabras cuyo significado conoce todo el mundo y que, me
atrevería a decir, todo el mundo pone demasiado empeño en demostrarlo.
Palabras
tan conocidas como aquellas pero no tan bien asimiladas son: intersexual,
transexual, bisexual, etc etc. porque, como algunos dicen: “mariconadas las
justas”.
Pues bien,
mi artículo de hoy va sobre vocabulario, más concretamente sobre dos palabras:
transexual e intersexual.
Intersexual
es aquel que por una anomalía congénita no se sabe de qué sexo es (tiene
caracteres tanto masculinos como femeninos). Existen numerosas patologías con
una clasificación científica (de esas con muchos números y letras, algo así
como la matrícula del coche) sobre la que cada día descubren más cosas.
Existen
hombres que en la pubertad desarrollan pechos, mujeres con un testículo,... y
aunque no siempre es tan estrambótico tampoco es por ello menos grave. Sobre
todo porque cualquier cosa relacionada con el sexo, culturalmente es una cosa
que: o no hace ninguna gracia o la gente se “mea” de risa.
Transexual
es aquel que no se siente cómodo en el cuerpo que le ha tocado. Estas personas
tienen una concepción totalmente dualista de sí mismas: una cosa soy yo y otra
cosa es mi cuerpo. No están satisfechas con su cuerpo e incluso sienten
vergüenza. Necesitan cambiarlo.
Lo que no
sabe la gente de la transexualidad es: que comienza en la infancia; que existen
cada vez más casos de niños acomplejados por su cuerpo; que los padres no saben
qué hacer, piensan que es una fase, que les salió la niña marimacho o el niño
un poco afeminado pero ni se les ocurre pensar que son transexuales, “¿dónde
está el límite?” preguntan desesperados “¿hasta que punto es consentir un
capricho infantil o ayudar a un hijo perdido?”; el niño que se quiere cambiar
de nombre porque es de chico y él es una chica; un largo etc. ; y llegamos a la
pubertad, que es el verdadero problema porque significa ponerle fecha tope a
una decisión que, por todo lo dicho y más, es muy complicada.
Bueno, ya
que he mencionado la pubertad me voy a meter un poco con ella. En la pubertad
al aparecer los caracteres sexuales es el momento en el que se ve si el niño
era transexual “puro” o si sólo era una fase caprichosa. En ambos casos existe
una solución. En el primero, se pueden suministrar hormonas que bloquean el
crecimiento, siendo el siguiente paso suministrar hormonas del sexo contrario.
El órgano reproductor no va a variar así como así , evidentemente, pero sí por
ejemplo el desarrollo de las mamas lo que puede hacer sentirse a estas personas
más confortables en su cuerpo.
En el
segundo de los casos bastaría con dejar al niño evolucionar. Este caso es el
mayoritario, pero no por ello hemos de menospreciar el anterior. Y además no se
puede decir: “bueno, optamos por dejarle desarrollar y, si no, pues le
cambiamos”. No, porque no se puede ir hacia adelante y hacia atras, si no que
es algo que se puede desviar pero no retroceder.
Para
finalizar, quisiera dejaros los nombres de algunos vídeos que podéis encontrar
en youtube para los más interesados: “la ablación en personas intersexuales” y
“mujer intersexual americana”.
Y también
http://ver-documentales.net/gente-extraordinaria-mama-soy-transexual/.
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