Ana
Vellido, Carlos Mazo
El triptico
del Descendimiento (1611-1612)
Pedro Pablo
Rubens (1577-1640)
Pintura
barroca
Catedral de
Amberes (Bélgica)
Triptico,
oleo sobre tabla (420 x 310
cm )
Se trata de
un tríptico cuyo cuadro central es El Descendimiento de Jesucristo de la cruz
tras su muerte, a manos de sus discípulos y familiares. El Descendimiento de
Rubens representa el momento en que Cristo es retirado de la cruz y San Juan
está preparado para recibirlo entre sus brazos. Un hombre sostiene el brazo
izquierdo de Cristo mientras que otros hombres le sujetan por la sábana. En el
suelo se encuentra María Magdalena aferrada a los pies de Cristo. Representa el
segundo exacto en que Cristo está a punto de desplomarse.
Pieter Paul
Rubens (Siegen, actual Alemania, 1577 - Amberes, actual Bélgica, 1640). Fue el
pintor barroco más destacado de la escuela flamenca. Su padre, calvinista, hubo
de refugiarse por motivos religiosos en Colonia, donde Rubens posiblemente
comenzó su formación artística, continuada luego en Amberes, donde regresó a la
muerte del padre. Viajó por todo Europa aprendiendo nuevas técnicas y
estudiando a los artistas renacentistas en Italia. Se dice que llegó a pintar
más de 3000 cuadros gracias a los miembros de su taller que, al parecer,
trabajaban en cadena.
Este cuadro
fue pintado entre los años 1611-1612, por lo cual pertenece al Barroco. El
Barroco es, sin duda, sinónimo de recargado, desmesurado, irracional…
El período
Barroco arranca tras el manierismo renacentista, en un tiempo en el cual la Iglesia Católica
tuvo que reaccionar contra numerosos movimientos revolucionarios culturales que
produjeron una nueva ciencia y nuevas formas de religión (Reforma).Durante el
Barroco la pintura adquiere un papel principal, siendo la expresión más
característica del peso de la religión en los países católicos. El color, la
luz y el movimiento, son los elementos que definen la forma pictórica.
Es un
cuadro de fondo oscuro, intemporal y fuera de todo espacio, aunque la escena
principal está muy iluminada, siguiendo los patrones del tenebrismo. La figura
principal es el cuerpo de Cristo, tiene a su alrededor ocho personas
“descolgándole” de la cruz. El foco de luz sale desde la esquina inferior
izquierda apuntando directamente a las espaldas de San Juan y al cuerpo de
Jesucristo. En cambio en los demás personajes, tanto a su derecha como a su
izquierda, se pueden apreciar sombras. Los colores son variados, mezclados
entre sí, que junto con las sombras y la aplicación del claro-oscuro dan
sensación de profundidad y volumen. Los colores consiguen crear texturas en la
piel y las ropas de los personajes. Hay un plano principal, Jesús y Juan, y un
plano secundario que abarcaría a los demás personajes.
Entre 1611
y 1614, Rubens recibió un encargo para la Catedral de Amberes. Le fue encargado por los
arcabuceros, una de las numerosas cofradías que existían entonces en los Países
Bajos, para una capilla lateral que tenían reservada en la catedral.
Le pidieron
que realizara un tríptico con cuatro composiciones (un panel central con las
dos alas laterales pintadas por ambos lados) y estipularon que su patrono San
Cristóbal, que había ayudado a Cristo a atravesar un río, debía aparecer en la
composición.
Rubens
pintó a San Cristóbal como un gigante hercúleo portando al Niño sobre su
hombro. Esta composición cubría la parte posterior de las alas y sólo era
posible contemplarla cuando el tríptico estaba cerrado. En el panel central
compuso el Descendimiento de la
Cruz ; a la izquierda representó la Visitación y a la
derecha la Presentación
en el templo.
La
sensación que me produce este cuadro es de angustia, de pena y tristeza. Aparte
del hecho de recoger a un hombre muerto de una cruz donde fue humillado, es la
tenebrosidad del cuadro, sus colores, su fondo oscuro, el gesto en la cara de
los personajes del cuadro…lo que hace sentir abrumado y abatido a aquel que lo
vea.
El
Descendimiento de la Cruz
tiene algunos vínculos con La elevación, especialmente el claroscuro que sirve
para destacar la figura del Cristo muerto -inspirándose en Caravaggio- y la
manera de acentuar el volumen de las figuras. Sin embargo, en esta tabla
encontramos una menor profundidad espacial mientras que los personajes se
disponen como si de un relieve clásico se tratara. La disposición de la figura
de Jesús repite esquemas compositivos del Cinquecento, apuntándose a Danielle
da Volterra como fuente directa. Pero encontramos una diferencia iconográfica
importante respecto a las fuentes italianas ya que la Virgen no se desvanece y
participa activamente en el descendimiento del cuerpo de su hijo, acto en el
que participan todos los personajes que interviene en la escena, unificando la
acción para concentrar la tensión y el dramatismo del momento. Las amplias y
volumétricas figuras recuerdan tanto a la estatuaria clásica como a Miguel
Ángel; concretamente empleará la imagen del Laoconte para Cristo. La
disposición de las figuras ocupa todo el espacio pictórico, organizándose la
composición en una potente diagonal que avanza desde el fondo de la tabla hasta
el espacio del espectador, otorgando un ritmo lento a la escena. Las figuras
presentan escorzadas posturas, aportando mayor tensión al conjunto. Las
tonalidades brillantes y el detallismo de las telas son características
habituales de la pintura flamenca.
El barroco
El dominio
técnico absoluto tanto de pintura al óleo sobre lienzo como de la pintura al
fresco.
El
predominio del color sobre la línea. Incluso, los efectos de profundidad,
perspectiva y volumen se consiguen más con los contrastes de luz y de
tonalidades del color que con las líneas nítidas y definidas del dibujo.
La luz se
convierte en un elemento fundamental en la pintura barroca. La luz dibuja o
difumina los contornos, define también el ambiente, la atmósfera del cuadro, y
matiza los colores. La utilización de la técnica del claroscuro llega a la
perfección gracias a muchos pintores del Barroco.
El
movimiento y las composiciones complicadas, con perspectivas insólitas y una
distribución asimétrica de los volúmenes.
El
realismo, la imitación de la realidad teorizada por los renacentistas pero sin
la idealización y concepción propias del siglo anterior.
El gusto
por perspectivas ilusionistas, sobre todo las vueltas, donde se intenta romper
visualmente el espacio arquitectónico real con efectos trompe l’oeil, mediante
la representación del cielo y la sugerencia del infinito, recurso pictórico que
ya había utilizado Mantegna en la
Habitación de los esposos del siglo XV.
Peter Paul
Rubens: Fue la gran figura del Barroco en la Europa del Norte. Las fuentes lo recuerdan como
un gran humanista, un idealista clarividente, hombre reservado y honesto que
despreció la actitud arrogante de los poderosos. Tuvo más influencia que
Rembrandt a pesar de que a su pintura grandilocuente le falta algo de
sinceridad.
En razón de
las creencias religiosas de su padre, un abogado calvinista, pasó su primera
infancia en la actual Alemania: Siegen y Colonia. En 1587, la muerte de su
progenitor le permitió desplazarse a Amberes, donde estudió pintura con tres
artistas poco conocidos; uno de ellos, Otto Vaenius, le indujo a realizar el
tradicional viaje a Italia, que resultó decisivo para la formación del artista.
Rubens fue
un caso extraordinario en la historia de la pintura, ya que en él se aunaban
una inventiva casi ilimitada, el refinamiento del color, una deslumbrante
capacidad de trabajo y, no en menor grado, habilidades comerciales y de trato
personal. Su sofisticada educación y don de gentes le abrieron las puertas de
todas las cortes europeas, lo que le permitió acaparar encargos. Organizó en
Amberes un amplio taller, donde con la ayuda de discípulos produjo centenares
de pinturas de todos los temas y formatos.
El autor
Rubens fue
un artista ambicioso, que no se asustaba ante ningún proyecto por grande que
fuese (en palabras suyas), pero al mismo tiempo fue de trato accesible y muy
atento con sus colegas. Llevó una vida tranquila, si bien llena de lujos, y se
aficionó al coleccionismo. En Amberes subsiste la Rubenshuis , la Casa de Rubens, que
recientemente exhibió una selección (forzosamente reducida) de los tesoros
artísticos que reunió, luego dispersos por museos de todo el mundo.
Gracias a
los encargos que le hizo Felipe IV, el Museo del Prado posee la colección más
grande del mundo de obras de Rubens, con cerca de 80 pinturas catalogadas.
Destacan en España otros ejemplos del artista en el Museo Thyssen-Bornemisza,
Academia de San Fernando, MNAC de Barcelona, Palacio de Liria de Madrid...
Entre sus
obras destacan:
•
Descendimiento de Cristo (de carácter religioso, realizado entre 1611 y 1612;
Amberes)
• Retrato
ecuestre del duque de Lerma (retrato, 1603, Museo del Prado)
• Las tres
Gracias (mitológico, 1638, Museo del Prado)
• Serie
dedicada a la reina de Francia María de Médicis, en la que se encuentra El
desembarco de María de Médicis en el puerto de Marsella (1622-1625, París,
Museo del Louvre).
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