Inés García
Del 22 al
25 de mayo los ciudadanos pertenecientes a la Unión Europea
estamos llamados a las urnas. Estas elecciones quizás sean las más importantes
celebradas hasta la fecha. Europa está inmersa en una crisis económica desde
hace algunos años y esto ha provocado variación en el sentimiento hacia la
institución europea.
Esta presencia de la UE en la vida política de los
países miembros ha sido recibida por los ciudadanos con cierta indiferencia. La
prueba está en la escasa participación que históricamente han tenido las
elecciones al Parlamento Europeo. Digo indiferencia en el mejor de los casos,
porque en el peor podría pensarse en una oposición a que desde Bruselas se
manejen los asuntos propios de cada país.
Los ciudadanos pertenecientes a la UE están tomando posiciones muy
definidas ante las elecciones del 2014. Estas posiciones vienen marcadas
probablemente por la crisis económica
que ha obligado a recomendaciones, y en algún caso imposiciones, a los
países miembros que no han sido entendidas por la mayoría de los ciudadanos que
no han pensado en el conjunto de la
Unión si no en su propio país.
Por un lado tenemos a los eurófobos,
representados por grupos ultras nacionalistas que se manifiestan abiertamente
en contra de la UE. Han
aprovechado la situación actual para ganar seguidores. Piensan en clave
nacional y cada país tiene su propio grupo. Por otro lado tenemos los
euroescépticos, que sin mantener una posición totalmente en contra a la Institución , dudan que
las soluciones puedan venir desde Bruselas. Un tercer sentimiento es el de los
indiferentes. Normalmente son gente que acepta la presencia de la UE en la vida política de su
país, de igual manera que aceptaría su no presencia. En último lugar tenemos a
todos aquellos que apoyan la
Unión sin reservas y convencidos que Europa es una vía de
solución a los problemas presentes y futuros de cada país miembro. Para ello
reclaman solidaridad y visión de conjunto.
He
realizado tres preguntas a tres personas, tratando de identificar estas
posiciones y de obtener alguna información adicional sobre el sentimiento hacia
Europa de los votantes:
1-.¿Puede la UE dar respuesta a los
problemas sociales, económicos...de los distintos países miembros?
2-.La
participación en las últimas elecciones europeas fue del 43%,¿estamos en contra
de la UE o es
falta de interés?
3-. Algún aspecto que usted crea que
fomentaría el europeísmo.
Jesús Manuel García Cruz (48 años)
1.- Sí.
Aplicando principios de solidaridad entre los países miembros y fomentando
políticas de rigor presupuestario, fomento del empleo e igualdad.
2.- Yo creo
que no conocemos suficientemente bien qué es la Unión Europea y el
alcance que puede tener. Esto es un problema de la Institución que no se
acerca a los ciudadanos. Por otro lado es cierto que solemos pensar en clave
nacional.
3.- Mayor
participación ciudadana, armonización en aspectos como educación, sanidad,
economía… e idioma común.
José
Fernández Herrero (73 años)
1.- No. Los
problemas en un país son distintos a los de otro y por tanto es muy difícil que
haya soluciones comunes para cada uno de los problemas.
2.-Yo no
estoy en contra de la UE
pero no voy a votar porque no creo que, tal y como está montada, vaya a aportar
algo a nuestra vida. Más bien al contrario.
3.-Que en
las campañas electorales se hable de Europa. Me temo que en esta campaña los
políticos hablarán de los problemas nacionales, que son los que nos importan a
los ciudadanos.
Patricia
Pérez García (37 años)
1.-
Mientras no pensemos todos en clave europea es muy difícil que pensemos en que
las decisiones adoptadas por Bruselas son soluciones porque lo que unos vean
como positivo probablemente otros lo verán como negativo.
2.- Las dos
cosas. Creo que las elecciones europeas despiertan muy poco interés en los
ciudadanos, pero por otro lado hay mucha gente que ve al Parlamento Europeo
como un elemento extraño que no debe ingerirse en la vida política nacional.
3.- La
educación. El Parlamento Europeo debe pensar a medio-largo plazo y trabajar con
las nuevas generaciones para que entiendan que Europa Unida hace más fuerte a
los Países miembros
Como he
dicho: es la hora de Europa. Sería importante que la participación aumentara en
Mayo. Sin lugar a dudas una mayor participación supondría que los ciudadanos
daríamos legitimidad al Parlamento resultante. “Solemos pensar en clave
nacional”, me decía Jesús, y en cierto modo esto encierra uno de los grandes
problemas. Cuando nos acercamos a las urnas votamos a favor o en contra de los
partidos en función de cómo nos afectan sus decisiones a nivel nacional. José
reclamaba que en la campaña electoral se hablara no de nuestro país sino del
conjunto europeo. Es difícil fomentar una participación sincera cuando los
discursos son los mismos que los escuchados en las elecciones nacionales.
Patricia reclamaba políticos de primer orden capaces de captar el interés de
los votantes.
Pero hay
dos aspectos que creo que son claves para conseguir una Europa fuerte,
legitimada a través de unas elecciones altamente participativas:
información-educación y solidaridad. El primero nos permitiría entender y
probablemente aceptar a una institución que sin lugar a dudas vela por los
intereses de todos los ciudadanos. Pero es el segundo el que creo más
importante. La solidaridad nos conduciría a pensar en que la ayuda a un país
lejano y extraño a largo plazo será beneficioso para nosotros mismos.
Por tanto,
en Mayo debemos acudir a las urnas. Allí expresaremos nuestra opinión: unos en
un sentido y otros en otro, pero acudiendo, nos haremos oír. Unos para decir un
sí rotundo a la institución, otros para dar representación a grupos en contra
de la misma, pero nunca dejemos de ir porque en Mayo es LA HORA DE EUROPA.
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hablamosdeeuropa.es
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