martes, 25 de febrero de 2014

Una idea, un principio

La independencia de Cataluña es un tema que habitualmente acapara algunos minutos en los telediarios de todas las cadenas nacionales y sin embargo en la andanada de acusaciones que se arrojan los partidarios de la misma y aquellos que se niegan en rotundo, ninguno se atreve a poner luz en la base histórica del problema. No hace mucho la Generalitat organizaba un simposio con el título: “España contra Cataluña”, claro pensaran ustedes que con semejante titulo la conclusión del mismo no iba  a estar muy discutida. Dicho esto intentemos plantearnos las bases del problema y los hechos y personajes que han intentado alejar o acercar a los dos pueblos y si podemos hoy día hablar de dos pueblos  ya que la línea podría haberse difuminado.


Sin duda desglosar todos los hechos históricos y la base filosófica de este movimiento nacionalista como cualquier otro se torna imposible pero sin alargarme demasiado seguiré la costumbre y empezare por el principio. Bien, en 1469 Isabel de Castilla y Fernando de Aragón se casan creando lo que se considerarían los cimientos de la España actual. Sin embargo los dos reinos aunque pasan a tener un solo rey conservan las leyes, fueros y asambleas propios, hasta aquí nada que la mayoría de nosotros no conozca. Quizá el problema surge cuando tras una serie de malas cosechas la hambruna azota a Cataluña durante el año 1630 para culminar con una epidemia de peste que acabara con el 20 por ciento de la población catalana esto sumado a la implantación de algunos impuestos castellanos en Cataluña y el reclutamiento forzoso de tropas para la guerra de los 30 años desencadena la revuelta de los segadores. El embajador francés se reuniría con el presidente de la Generalitat para convertir a Cataluña en una república independiente bajo el protectorado francés, pero en el acuerdo no se habla de república independiente si no de incorporación a Francia. Pero una vez firmada la paz con España, Francia se olvida de los catalanes y España vuelve a gozar de toda la autoridad para actuar contra los insurgentes. Barcelona se rinde en 1652.


Bueno este episodio deja a Cataluña en una situación pésima y con parte de la población dividida entre los monárquicos y aquellos en contra de España o de la situación de Cataluña dentro de ella. Pero sin duda hará que en el pueblo catalán surja una idea que quizá nadie había pensado y es que estos podían revelarse y podían tomar sus decisiones propias, se demuestra en que unos años más tarde en la guerra de sucesión los catalanes se situaran en contra de Felipe V y cuando este llega al poder acaba con la resistencia catalana eliminando privilegios y autonomías. Aumenta el descontento, pero parece diluirse con el pase de los años.


Curiosamente esto parece repetirse hoy día y me pregunto esto se transmitió de padres a hijos o ha vuelto a surgir 350 años después, bueno yo no apostaría por lo primero tres siglos son mucho tiempo además durante este tiempo los dos territorios realizaran un intercambio de cultura y gentes.


Claro si vemos esto y fuésemos gentes del sigo XVII podríamos pensar que el trato que recibió Cataluña no fue lo que se diría como bueno y que los catalanes tenían motivos para renegar de los castellanos pero veamos el otro punto de vista: durante el siglo XVI los castellanos valoran positivamente a Cataluña y a sus gentes y se deshacen en halagos. Hablan de su magnífica prevención de futuro de su religiosidad y su buen trato a los extranjeros. Bien pero por alguna razón en el siglo XVII la opinión es totalmente dispar es más autores castellanos como Quevedo dice – “El catalán es ladrón de tres manos” “hipócrita” “aborto de la política” y  “caos de fueros”. Después de la revuelta de los segadores vuelve haber signos de reconciliación para volver a caer en el odio en la guerra de sucesión y si esto era por el lado castellano en el catalán se alcanza una perfecta simetría a esto. Bueno ocurrirá esto mismo con la situación actual están destinadas Cataluña y España a proseguir en un ciclo amor odio sin fin o al final los catalanes tendrán su propio estado o se solventaran las diferencias y serán por fin un pueblo totalmente unido sin rencillas, bueno esto lo dirá el tiempo.


Otro tema que me gustaría tratar es que de que  parte de nosotros sale ese concepto de identidad que obliga en este caso a los catalanes a hacer patente que son una nación. Este es un tema que siendo la base del desafío nacionalista se toca en muy pocas ocasiones.


Los nacionalismos, las características de un grupo que nos hace parecer diferentes nos obliga a dejarlo patente y a la vez a burlarnos de las demás naciones además teniendo todas la razón en sus burlas. Pero lo curioso es  que en el caso catalán es que deja al margen tres siglos de historia junto a España y es que parece que todo el entorno histórico que rodea a Cataluña parece no haber afectado a esta identidad y es este rasgo lo que introduce una diferencia básica a nivel del ciudadano lo que hoy es  insalvable dado que además todos los estados lo practican para ensalzar un sentimiento que haga luchar a sus ciudadanos por sus costumbres pero en el caso de España estos beneficios se han tornado en problemas que no han hecho más que separarnos.



Gerardo Sahelices Martínez.
Alumno de secundaria. Colegio La Paz. Torrelavega (Cantabria)
Imagen zoomnews.es

 

 

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