martes, 14 de marzo de 2017

No,no y no al acoso. Si,si y si al respeto

Estos días muchas AMPAS están enviando a las familias una carta que hacemos nuestra. Una carta que trata de un tema que creemos muy importante, como es el acoso escolar, haciendo mucho hincapié en que en ningún momento pretenden alarmar, pero si conciencias


La persona que lo ejerce lo hace para imponer su poder sobre el otro, a través de constantes amenazas, insultos, agresiones o vejaciones, y así tenerlo bajo su completo dominio a lo largo de meses e incluso años. La víctima sufre callada en la mayoría de los casos. El maltrato intimidatorio le hace sentir dolor, angustia y miedo.


Es un acoso sistemático, que se produce reiteradamente en el tiempo, por parte de uno o varios acosadores a una o varias víctimas. Según Dan Olweus: "un estudiante se convierte en víctima de acoso escolar cuando está expuesto, de forma reiterada y a lo largo del tiempo, a acciones negativas llevadas a cabo por otro u otros estudiantes”.


Con frecuencia aparecen varios tipos de acoso de forma simultánea:


Físico: Consiste en la agresión directa a base de patadas, empujones, golpes con objetos. También puede ser indirecto cuando se producen daños materiales en los objetos personales de la víctima o robos.


Verbal: Es el más habitual. Sólo deja huella en la víctima. Las palabras tienen mucho poder y minan la autoestima de la víctima mediante humillaciones, insultos, motes, menosprecios en público, propagación de rumores falsos, mensajes telefónicos ofensivos o llamadas, lenguaje sexual indecente…


Psicológico: Se realiza mediante amenazas para provocar miedo, para lograr algún objeto o dinero, o simplemente para obligar a la víctima a hacer cosas que no quiere ni debe hacer…


Social: Consiste en la exclusión y en el aislamiento progresivo de la víctima. En la práctica, los acosadores impiden a la víctima participar, bien ignorando su presencia y no contando con él/ ella en las actividades normales entre amigos o compañeros de clase.


Todos debemos comprender que no podemos ser cómplices ni cobardes ante estas situaciones y si tenemos el deber de detectar e informar de cualquier caso de acoso en el colegio, bien sea por sospechas de que nuestro hijo pueda ser acosado, como de ser el acosador.


Podemos ponerlo en conocimiento de los tutores, de los coordinadores de ciclo, de los directores o de la titularidad. Ante cualquiera antes que el silencio.


Existen muchas campañas en los medios, de los que podéis sacar mucha información, como por ejemplo: http://www.mediaset.es/12meses/campanas/se_buscan_valientes. Y también a través del teléfono de ayuda al adolescente   900 20 20 10.


 

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