Miguel
Serna Fernández.
La
industria musical está en crisis, eso es algo que a día de hoy todos tenemos
claro. Y es que las ventas de CD’s languidecen año a año y todo apunta a que
éstos están destinados a desaparecer, pero al parecer las discográficas no
terminan de entenderlo. Parece que no quieren admitir que el mercado musical
actual no es el mismo que el de mediados-finales del siglo pasado, en el que
esta industria crecía a pasos agigantados y en la que pocas alternativas más
había a comprar la música en las tiendas, generando un crecimiento anual de
ingresos enorme para las discográficas. En éstas y en su afán de enriquecerse
está para muchos una parte considerable del problema, ya que ofrecen contratos
que no son nada justos para los artistas, siendo en los últimos tiempos las
actuaciones en vivo la fuente de ingresos principal de éstos.
Aún así los
CD’s son cada vez más caros lo cual desmotiva aún más, si cabe, a los
compradores, que ya han encontrado otros medios para conseguir música, algunos
legales y otros no tanto. Éstos últimos se engloban dentro de un término creado
recientemente, la denominada “piratería digital” es la “copia de obras
culturales efectuada sin el consentimiento del titular de los derechos de autor
o, en su defecto, sin autorización legal”. Las descargas ilegales son el
principal enemigo de la industria discográfica, ya que le brindan al demandante
de música la oportunidad de conseguirla de una manera rápida, sencilla, y sobre
todo barata (gratis). Y volvemos al tema de siempre, el precio, que en este y
en la mayoría de los casos es un factor clave (por no decir “el” factor clave).
Planteada
la situación, ¿Que falla? ¿Que es lo que ha de cambiar?. La respuesta para
muchos; el formato.
Y es que
vivimos en sociedad en la que todo el mundo esta conectado a internet, donde se
nos ofrece todo tipo de servicios de manera sencilla y barata, la música no se
puede quedar al margen. Y los artistas lo saben.
Cada vez
nos encontramos con más casos de nuevas promesas que “cuelgan” sus trabajos en
internet dándose a conocer de manera totalmente gratuita (Como es el caso por
ejemplo de Porta, Günther o Tay Zonday entre otros muchos). Así se crearon
plataformas como “MySpace” o “Herzio” (Esta última ideada por los jóvenes
madrileños desarrolladores de “Tuenti”) que son algo así como “redes sociales”
para grupos de música en los que se comparten (de manera totalmente gratuita)
maquetas, canciones, discos... También son muy importantes las tiendas de
compra de música “On-Line”, de las que fue pionera la tienda del programa ITunes,
creado por Apple y sus famosos 0’99€ por canción, que revolucionaron el mercado
de la música en internet. Pero internet no es solo un método usado por los
nuevos artistas para darse a conocer, ya que artistas ya famosos y respetados
han visto en internet una manera de desprenderse de las cadenas de las
discográficas y trabajar por su cuenta. Uno de los grupos pioneros en esta
práctica fue el famoso grupo de rock alternativo británico “Radiohead” cuyo
último trabajo colgaron en su página web a disposición de todo el mundo,
cobrando por ello tan solo lo que cada fan quisiera donar. Esto fue un
auténtico escándalo ya que recaudaron casi 3 veces más de lo que hubieran
ganado con una discográfica y se ahorraron muchísimos costes. Ha sido un gran
ejemplo que ha hecho que muchas bandas se hayan decidido a emprenderse por su
cuenta y riesgo en la edición, producción y comercialización de sus trabajos.
Con todo
esto no es difícil adivinar que las discográficas o por lo menos el concepto
que tenemos actualmente de ellas esta destinado a desaparecer y que internet
tomará (como ya lo está haciendo) una importancia vital en el mercado musical.
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