Lara
Allende
Los
primeros campos de concentración fueron construidos cuando en 1933, Hitler fue
nombrado canciller de la posteriormente llamada, Alemania nazi; pero cuando
verdaderamente se empezarán a usar será a mediados de la Segunda Guerra
Mundial. Con ellos se buscaba el exterminio de sus principales enemigos:
gitanos, discapacitados, comunistas, homosexuales o judíos, pero sobre todo,
caben a destacar estos últimos, ya que los nazis sentían una fuerte aversión
hacia ellos. Partiendo del racismo, pensaban que los judíos rompían la raza
aria que Hitler había desarrollado, por lo tanto en Alemania se creó un régimen
antisema. Antes de que se impusiese esta teoría, los judíos representaban
una economía imprescindible para el comercio del país, combinaban el capitalismo
con el comunismo y cuando se creó el partido nazi todas las empresas y los
negocios de los judíos fueron destruidos, ya que los nazis pensaban que era una
raza muy inferior.
Por otro
lado, los alemanes pensaban que los judíos eran unos de los principales
culpables de que Alemania perdiese la Primera Guerra Mundial y hubiese sido tan
humillada a través del Tratado de Versalles y, por lo tanto al haber sido
reconocida perdedora y culpable de la guerra, desmilitarizó zonas, pagó grandes
reparaciones de guerra y perdió territorios, como el Corredor de Danzig que
quedó en manos polacas (Polonia recientemente independizada en 1918) al
terminar la guerra. Los militares alemanes culpaban a marxistas y los judíos de
que les habían dado “una puñalada por la espalda”. Después de la Primera Guerra
Mundial en Alemania se impuso la
República de Weimar (1919) y atravesó un periodo crítico
porque se hundió en la pobreza y aumentó mucho el paro, cosa que el gobierno
alemán no pudo solucionar. Todo esto recibió el nombre de Holocausto por parte
de los nazis: “la solución final de la cuestión judía”.
La
población se mantuvo en silencio mientras los nazis desempeñaban su función,
porque, como previamente citado, Alemania se quedó en la ruina, y cuando Hitler
prometió a la sociedad un cambio en el país, una disminución progresiva del
paro y convertirla en una de las mayores potencias, los alemanes no pensaron en
el futuro y solo mirando sus intereses del momento, creyeron que el partido
nazi sería una forma de mejorar su situación. Por ello, no hicieron nada para
intentar frenar lo que después sucedió y se mantuvieron en silencio, ya que a
ellos mismos les beneficiaba ese cambio, sobre todo, a nivel económico, aunque
tuviera que perjudicar a otras personas.
Durante el
periodo de la Segunda
Guerra Mundial, después de que Alemania decidiese invadir
Polonia en 1939, se construyó uno de los campos de concentración más
importantes de la historia nazi: Auschwitz. Fue situado en un viejo cuartel de
Polonia, debido a que allí era fácil la comunicación y la zona estaba
comprendida en 40
kilómetros cuadrados. El campo se empezó a construir en
1940 y pasó a llamarse Auschwitz I, bajo el cargo de Rudolf Höss. Este complejo
estaba destinado para 7.000 presos y tenía 28 edificios de dos plantas. En la
entrada del campo yacía un cartel que ponía “Arbeit macht frei” (el trabajo les
hará libres) y contaba con grandes alambradas con corriente eléctrica de tensión
muy alta que le rodeaban entero. Poco a poco el número de presos iba
ascendiendo hasta 18.000 personas, como consecuencia Heinrich Himmler ordenó
construir en 1941 Auschwitz II - Birkenau que tenía 250 barracones de madera y
piedra, aunque en 1943 los presos siguieron ascendiendo hasta llegar a 100.000.
Aquel lugar, para los judíos, era un completo infierno y las muertes eran algo
diario, y no únicamente morían quemados o torturados, también solían introducir
a personas en unos sótanos llamados “bunkers”, en los cuales no les
proporcionaban ni comida ni bebida, o simplemente, morían por infecciones,
enfermedades, frío...
En
Auschwitz II se construyó la primera cámara de gas; el gas “Zyclon B”
exterminaba a muchas personas en poco tiempo. Como las instalaciones eran
escasas, mandaron hacer los Crematorios del II al V, que servían para quemar a
los cadáveres y fueron construidos por presos que habitaban en ese mismo campo.
Diariamente se podían quemar 4.756 personas aproximadamente, aunque era una cifra
teórica, pues en algunos se llegaban a quemar hasta 3000 y 5000 cadáveres. Otra
forma de asesinato que los nazis utilizaban era la inyección letal o de fenol,
la cual inyectaban en el corazón de los judíos y morían en el acto. En 1942, se
estableció la primera sección de mujeres en Auschwizt I, separándolas de los
hombres por un muro de ladrillos. El 16 de agosto de 1942, el campo fue
desmantelado y las mujeres trasladadas a Birkenau, donde se llevó a cabo el
primer exterminio en masa de mujeres, unas 4000 de las 12000 presas fueron
gaseadas. Los presos eran llevados a los campos de exterminio en grandes
trenes, abarrotados de hombres, mujeres y niños. Los niños pequeños eran
asesinados y los mayores se convertían en aprendices de albañil para la construcción
de los crematorios, una vez acabados, eran también asesinados, inyectándoles
fenol.
Cuando
llegaban a los campos de concentración tenían que entrar a unos “baños” donde
les desinfectaban, rapaban el pelo y les quitaban sus bienes materiales, su
ropa y sobre todo, su dignidad. Les tatuaban un número es su antebrazo
izquierdo, por lo que los presos perdían su nombre y pasaban a significar una
simple cifra.
Una vez
dentro del campo, a los judíos les podía encomendar diferentes tipos de tareas,
desde trabajos dentro del mismo campo, a trabajos fuera de este, que solían ser
los más duros, ya que se basaban en la construcción y, muy pocos de ellos,
podían ser tomados prestados como trabajadores de empresas. Las condiciones de
trabajo eran muy malas y la explotación de los presos abundaba en Auschwitz. A
la vez, las condiciones sanitarias y alimentarias eran cada vez peores, casi no
podían asearse y las comidas que les suministraban no eran las necesarias para
todo lo que les hacían trabajar.
Los presos
de Auschwitz también eran utilizados como “cobayas” ya que les sometían a
experimentos médicos, llevados a cabo por los doctores Carl Clauberg, Horst
Schumann, Josef Mengele y Johann Kremer. Nunca se ha llegado a saber con
precisión el número exacto de presos que fueron exterminados en este campo de
concentración, pero se dice que entre 1.000.000 y 1.500.000 personas murieron
allí. Lo que pasó en este campo de concentración fue una pérdida total de
dignidad para muchas personas y se podría estar hablando durante mucho tiempo
de las crueldades y del infierno que tuvo que vivir mucha gente, que supongo
que durante esta horrible experiencia dejaron de sentir y de pensar para
siempre.
sirva de lección para los vivos la suerte de los muertos
ResponderEliminarmauthausen