viernes, 25 de enero de 2013

Por una educación para todos


Carlos Rodríguez



En el mundo vivimos millones de niños que llevamos vidas completamente distintas entre sí. Hablamos idiomas diferentes, tenemos un aspecto diferente y cada día hacemos frente a una serie de tareas también diferentes. No obstante, aunque vivamos a miles de kilómetros de distancia compartimos en cierto modo unas mismas necesidades y unas mismas ilusiones.
Es por ello por lo que la inmensa mayoría de los países del mundo han aprobado los Derechos del Niño que garantizan los derechos esenciales para todos y cada uno de los niños del planeta. Según estos, todos (niños y niñas por igual) tenemos derecho a una EDUCACIÓN, atención médica, comida, refugio, juegos y protección, entre otras muchas cosas más.



Es importante ir a la escuela porque aprendes a leer, a escribir y a calcular. Además, te ayuda a desarrollar tu personalidad, tus capacidades y tus aptitudes. Y, no menos importante, te enseña tus derechos y tus deberes, y te ayuda a aprender a respetar a los demás, así como a vivir con los que te rodean.

Necesitamos una educación porque si no sabes leer, escribir o realizar las operaciones matemáticas básicas, es muy difícil que encuentres un buen trabajo, y mucha gente se aprovechará de ti. Si no se va a la escuela, es muy difícil escapar de la pobreza. Los niños que van a la escuela encuentran mejores trabajos una vez ya mayores, viven más y están más sanos.

La escuela significa algo más, es también un lugar donde se aprenden conceptos como el respeto la amistad, así como los derechos de cada uno. Es, asimismo, un sitio donde se aprende a llevar una vida sana y a prevenir las enfermedades

Sabiendo todo esto ¿te imaginas no tener que ir nunca más a la escuela?. Millones de niños en todo el mundo no podrán ir nunca, y más de la mitad de ellos son niñas.
Además, la injusticia es sexista. En el mundo, una niña de cada cuatro en edad de estudiar no va a la escuela, en el África subsahariana, cerca del 40% no reciben educación alguna.
En algunos lugares se cree que estas no necesitan recibir educación y se quedan en casa para ayudar en las labores domésticas o bien para trabajar en el campo o la granja familiar. Las familias que no pueden permitirse escolarizar a todos sus hijos suelen dar preferencia a los varones.
Además se da por supuesto que la clave para mejorar la calidad de vida es educar a las niñas y a las mujeres.
Una de cada siete personas en el mundo es incapaz de leer o escribir esta frase.
La educación no está al alcance de todo el mundo, algunos niños viven en lugares donde no hay escuelas o bien no se dispone de suficientes profesores cualificados. A veces, sí hay escuelas, pero no son adecuadas para niños con discapacidades o ciertas necesidades especiales.

Algunos trabajan para ayudar a sus familias. Muchas veces los padres tan sólo pueden permitirse escolarizar a parte de sus hijos ya que necesitan que el resto trabaje para traer dinero a casa. Por ello, en una misma familia algunos niños van a la escuela mientras otros trabajan.

Muchas familias no pueden pagar una escuela. No todos los países disponen de escolarización gratuita. Pero aun cuando la educación es gratuita, muchos padres no pueden permitirse el coste de los libros, los uniformes escolares o el resto del material.

Algunos niños no tienen una familia que les ayude. Los niños que se han escapado de casa o que son huérfanos suelen acabar durmiendo en la calle. Apenas tienen para sobrevivir, y muy pocos de ellos logran acceder a la escuela.

Y por si los problemas fueran pocos, la crisis también afecta a la educación en los países en desarrollo, millones de niños corren el riesgo de quedarse sin educación a causa de la disminución de las ayudas por la crisis económica, que ha frenado el avance logrado en la escolarización primaria en los últimos años. Esto pone en duda que el mundo alcance en 2015 el objetivo de garantizar la escolarización primaria universal, afirma un informe de la UNESCO.
La educación es la clave que garantiza un futuro mejor, aunque hay millones de niños en todo el mundo que no tienen la oportunidad de ir a la escuela. Los gobiernos, las organizaciones no gubernamentales (ONG), los padres y los mismos niños buscan el modo de que todos los niños puedan recibir las enseñanzas básicas que les permitan mejorar sus vidas.
Algunos disfrutamos de una vida privilegiada, mientras que otros carecen de los derechos más elementales.

Todos los niños merecemos que se nos proteja y se nos ayude mientras estamos creciendo y haciéndonos mayores. Todos deberíamos disponer de las condiciones necesarias para vivir felices y sanos, y llevar una vida acorde a nuestra edad.

Somos el presente, y, sin duda el futuro está en nuestras manos.

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