El nombre de Torrelavega viene de una casona fortificada llamada “La Torre de la Vega”, que fue perteneciente a la Casa de la Vega. Se cree que se edificó a finales del siglo XIII por orden de Garcilaso I de la Vega, o a principios del siglo XIV por mandato de Leonor de la Vega. Fue construida en un lugar llamado Pando, alrededor del cual se originó la aldea agrícola de Torre la Vega en el siglo XIV, la cual existe actualmente como Torrelavega.
A lo largo de los tres últimos siglos, Torrelavega ha sufrido una transformación que la ha transformado desde la aldea señorial de origen medieval que constituía la Villa de la Vega a mediados del siglo XVIII, hasta convertirse en el epicentro industrial de Cantabria
Es difícil comprender la evolución que ha llevado a la vieja villa señorial a convertirse en un núcleo verdaderamente importante de la Cornisa Cantábrica, aunque, como consecuencia de la pérdida de vitalidad de estas regiones norteñas, Torrelavega también ha acentuado su decadencia en estas dos últimas décadas. Históricamente, esta ciudad fue un importante centro ganadero para Castilla. Después, su evolución industrial hizo posible que en 1895 se le concediera el título de Ciudad y que actualmente sea muy importante para el desarrollo económico de buena parte de Cantabria.
La economía de Torrelavega se basa en el turismo, debido a la Feria de Muestras, donde se celebran eventos culturales, o a la visita de cuevas como “Altamira”, entre otras, y la cultura, en la cual se debe destacar varios monumentos, como son la Iglesia Neogótica de la Asunción, que alberga la tumba de Leonor de la Vega, El Convento de las Carmelitas, La Iglesia de la Virgen Grande, cuya patrona se conmemora el 15 de Agosto o la Plaza de Abastos.
A parte de estos monumentos, también contamos con la casa de Velarde en Viérnoles, declarada Bien de Interés Local o El Colegio de Nuestra Señora de la Paz, perteneciente a la Congregación de los Sagrados Corazones, cuya fachada fue realizada por el famoso arquitecto José María Subirachs, que ha sido una de las figuras más importantes de la escultura contemporánea española.
Cabe destacar dentro de la gastronomía torrelaveguense, las polkas, un dulce de hojaldre hecho con harina, mantequilla pura, agua, y sal. El origen de esta delicia, se remonta a comienzos del siglo XX y en la actualidad gozan de mucha fama. Existe una cofradía de hojaldre local.
Una de los puntos de interés de todo el que visita Torrelavega, es la fiesta de la Virgen Grande. Es la más importante y se celebra el 15 de Agosto de cada año y durante una semana y media, todo el que quiera puede asistir a decenas de espectáculos y propuestas deportivas lúdicas. Uno de sus actos indispensables es la Gala Floral (declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional), que consiste en la procesión de la Virgen Grande, mediante un recorrido por las calles de la ciudad. Numerosos conciertos y espectáculos, barracas, ferias, fuegos artificiales, juegos, bolos y mercados son algunas de las múltiples alternativas que propone el Ayuntamiento de Torrelavega, con motivo de la conmemoración para la que toda la ciudad se engalana.
Otras fiestas destacadas serían San Cipriano, el 16 de septiembre, la Virgen del Milagro, el 8 de Septiembre, la Magosta, al inicio del Otoño, y Las Marzas, en la última noche del mes de Febrero, anunciando la llegada de la primavera.
A parte de las fiestas, en Torrelavega contamos con numerosos personajes célebres que han contribuido a la evolución y modernización de nuestra ciudad.
Los escultores Lucio Marcos Pernía, autor de “Savia nueva”, en la Plaza de la Llama y Mauro Muriedas, también pintor, que da nombre a la exposición de la Biblioteca José María de Pereda de Torrelavega, autor de “El hombre más viejo de Bárcena Mayor” o “El cargador de Blenda” y el pintor Pedro Sobrado, autor de “Torrelavega” o “Pescaderas recogiendo la carga”.
Eva Bercedo, Patricia del Val
Imagen eolapaz
Muy buen artículo, aúpa TORRELAVEGA
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