HISTORIA - Luís Abarca
El 3 de
noviembre se han cumplido 119 años de una de las historias más trágicas de
Santander, la explosión del Cabo Machichaco. Una tragedia que causó la
destrucción de calles enteras y sobre todo muchas pérdidas humanas.
El Cabo
Machichaco era un vapor de un peso de unas 1689 toneladas, tenía unos 72m de
eslora (longitud) y unos 9, 5m de eslora, fabricado en Newcastle. Que hacía la
ruta Bilbao-Sevilla. Además esa línea la cubría otros buques como el Itálica,
Vasco- Andaluz o Vizcaya, en sus primeros años. Después se encargaron nuevos
barcos a unos astilleros de Inglaterra anteriormente nombrados, en los que se
encontraba el Cabo Machichaco, todos estos barcos pertenecían a la compañía
Ybarra.
Como todos
los domingos por la tarde llego Santander un barco de la compañía Ybarra, ese
día llego el Cabo Machichaco procedente de Bilbao y tuvo que pasar cuarentena
en la isla de Pedrosa (actual Pantalán de Calatrava) por un brote de cólera en
Bilbao. El 3 de noviembre de 1893 termino su cuarentena se dirigió al muelle
nº2 de Liaño (actual puerto mercante), en vez de dirigirse a la Magdalena donde por Real
Ley del reglamento de Santander, en su artículo 16, se decía: que se tendrían
que dirigir los barcos cargados con explosivos, este tenía 45 tm de dinamita
además de papel, 500 tm de material siderúrgico (vías de tren, tés, planchas…),
harina de trigo y varios recipientes con ácido sulfúrico entre otras, ya que en
esta época los barcos mercantes transportaban casi de todo.
A las dos
de la tarde se produjo un incendio en la bodega de proa nº2. Se dice que fue
producido por la explosión de un contenedor de cristal en él que había acido
sulfúrico, que estaba amarrado en la cubierta y se calentó demasiado por el sol
y explotó, incendiándose. Ante esta situación se intentó salvar al buque.
Llamaron a los bomberos locales que ahí se presentaron inmediatamente,a los
marineros del Alfonso XIII, que se encontraba fondeado en la Bahía y casi tan rápido como
los bomberos las Autoridades Locales: como el Alcalde, el Gobernador,
Comandante de Marina… y en los muelles más de 3000 personas, para intentar
salvar la mayor carga casi 90 personas estuvieron abordo para como ya he dicho
antes salvar la carga. Entonces el fuego adquirió una fuerte virulencia, ya que
se empezaba a quemar la dinamita, fue cuando las autoridades decidieron, tras
una larga discusión, hundirlo en los muelles.
Abrieron
las válvulas de la caldera y así empezó a hundirse. Y cuando el espectáculo ya
casi había acabado un buzo salto al agua a quitar los remaches de uno de sus
lados para que entrase agua en la bodega nº3. Uno de los golpes de la mandarria
hizo de percutor y súbitamente explotó, a las cinco menos cuarto, todo su
cargamento. La explosión fue tan grande que lanzó al barco en pedazo, matando a
todos los que se encontraban en él embarcados, y a los espectadores que allí
estaban, no solo los mató la terrible explosión, también la cantidad de
metralla que improvisadamente se convirtió su carga. Las primeras calles junto
al puerto quedaron destruidas. Los restos del buque aparecieron por toda la
ciudad. Cuando se disipó el humo del que fue el muelle de Liaño, se pudo ver la
cantidad de heridos y muertos. Los heridos superaban los tres mil y los muertos
no se sabe a ciencia cierta, pero superaban el millar. Muchas de las
autoridades de la ciudad, ya que estaban observando el espectáculo en primera
fila,murieron. El Gobernador acabó en la playa de Berria (Santoña) y la gran
ola producida por el barco arrastró a cientos de personas al fondo de la Bahía , que se tardarían
meses en sacar.
La ayuda
llegó de todas partes por mar, Inglaterra, Bilbao,… y la excelente dirección de
el alcalde el señor Fernando Lavín, el Jefe de la Diputación D.
Francisco Saiz Trapata… Hicieron que volviese a ser en pocos años lo que fue
antes de la explosión.
Meses
después el cañonero Cóndor, de la marina de Guerra hizo volar por los aires lo
poco que quedaba del maldito barco. Pero ese no fue el fin de la pesadilla del
Cabo Machichaco cuando en 1947 hicieron la nueva dársena aparecieron mas restos
de aquel barco. Y como si de una maldición se tratase, en 1967 otro carguero se
incendió en el mismo lugar pero este no tuvo ninguna consecuencia, aparte de la
pérdida del barco y su cargamento.
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