Paula
Puente
Se denomina
basura espacial a cualquier objeto artificial y sin utilidad que orbita
alrededor de la Tierra.
Está formado por restos de cohetes, satélites viejos, restos
de explosiones, restos de satélites y partículas pequeñas de pintura. Algunos
de estos objetos son herramientas, bolígrafos, lámparas y otros elementos
perdidos por los astronautas en expediciones fuera de las naves.
Aunque
normalmente el tamaño de las partículas, suspendidas en el espacio, es muy
pequeño, éstas suponen una gran amenaza para cualquier misión que se quiera
enviar al espacio debido a la gran velocidad a la que están sometidas, y además
al chocar contra otros satélites producen más basura.
Aunque la
mayor parte de estas partículas si llegan a la Tierra se evaporizan y no
resultan peligrosas, ha habido casos en los que la basura no se ha desintegrado
del todo y ha chocado contra la superficie de la Tierra.
La basura
espacial se concentra más en la órbita baja de la tierra, es decir entre 200 y 120 km . sobre la superficie
de la tierra.
En 1961
primera explosión triplicó la cantidad de basura provocando más cantidad de
basura y problemas muy grandes.
Desde 1991
esta basura espacial ha provocado al menos tres colisiones; éstas se irán
multiplicando, haciendo que aparezcan más objetos peligrosos en el espacio.
Hasta el año 2055 la cantidad de basura espacial tendrá una evolución más o
menos estable pero a partir de este año la cantidad irá aumentando rápidamente,
de tal manera que será muy difícil, enviar cualquier misión al especio. Los
expertos dicen que en dos siglos las colisiones llegarán a 18 al año.
La primera
gran colisión ocurrida entre satélites artificiales ha tenido lugar el 10 de
febrero de 2009, sobre Siberia, en la que el satélite estadounidense de
comunicaciones, Iridiun 33, que fue lanzado en 1997 y el satélite militar ruso
denominado Kosmos 2251 que fue lanzado en 1993 y que ya estaba en desuso hace
10 años, chocaron. Como consecuencia del choque, los dos han quedado totalmente
destruidos y según la NASA
han producido una gran cantidad de basura. Un experto espacial ruso dice que
los restos de la colisión pueden chocar con otros satélites que están en desuso
que se mueven con energía nuclear, lo que supondría un gran peligro pues un
cinturón de restos radiactivos orbitaría alrededor de la tierra.
Otro caso
recientemente ha sido el de unos tripulantes de la EEI (estación espacial
internacional) que tuvieron que evitar una gran bola de basura y tuvieron que
cambiar de rumbo debido a que un fragmento de un cohete chino se les aproximaba
peligrosamente. Este accidente ocurrió días después de otro suceso en el que la
tripulación tuvo que abandonar el laboratorio por otra amenaza de choque de la
basura y se tuvieron que trasladar a una nave rusa donde después de 10 minutos salieron
de ella para volver al laboratorio.
Todo esto
ha provocado una gran preocupación entre los científicos. Afirman que es muy
complicado y costoso luchar contra este problema; pero a pesar de ello están
consiguiendo a los mejores expertos con un alto nivel de experiencia para
resolver el problema de una vez por todas.
Desde el 30
de marzo al 2 de abril ha tenido lugar en Alemania la 5ª Conferencia Europea en
la que más de 200 expertos han debatido sobre los riegos de los residuos
espaciales sobre las telecomunicaciones y las misiones espaciales.
Se están
tomando medidas preventivas; entre ellas el estudio y medida de objetos
mediante radar o telescopio ópticos, instrumentos que permiten ver objetos
lejanos y con más detalles que se usan normalmente en astronomía; reducir el
número de objetos que pueden convertirse en basura espacial y adoptar acuerdos
internacionales.
Otras
medidas que se pueden tomar pero a posteriori son las llamadas de “vela”: una
especie de vela se despliega cuando el satélite deja de funcionar y el viento
solar lo desvía a otras órbitas; de “sonda espacial”: en la que una sonda choca
con el satélite y lo desvía impulsándolo a una dirección que se ha determinado
previamente, normalmente a una órbita muy alejada donde no puede chocar contra
nada y por último de “cable”: por la que mediante un cable se arrastra el
satélite a órbitas inferiores hasta que en contacto con la atmósfera, se
desintegra.
Existe la
llamada órbita cementerio que es una órbita donde se envían los satélites
después de que dejan de estar activos, donde no pueden chocar contra los que
están operativos. En Estados Unidos en el 2002 se acordó que todos los
satélites que sean enviados tienen que ir a parar a esta órbita.
En mi
opinión creo que si no se adoptan medidas más efectivas va a ser un problema
muy difícil de resolver pues las pequeñas partículas que se producen como
consecuencia de estas colisiones, son muy difíciles de “limpiar” y controlar y
será cada día más peligroso enviar satélites de comunicación o de investigación
del clima, muy importante para controlar las consecuencias del cambio climático
en el planeta.
Imagen nicboo.com
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