C. Ordoñez,
I. Cuesta, A. Palencia, S. Alonso, M. Urbistondo, E. Calleja, A. Portilla
Seguro que
Lev Nikoláyevich Tolstói (Yásnaia Poliana, 9 de septiembre de 1828 - 20 de
noviembre de 1910 ) supo antes de morir que su obra, no sólo literaria,
perduraría en el tiempo. Tolstói no engorda la larga lista de creadores que en
vida carecieron de éxito de crítica o reconocimiento popular. Todo lo
contrario. El escritor ruso murió con muchos años de éxito y prestigio a sus
espaldas convertido para muchos de sus compatriotas en una especie de héroe.
Lo cierto
es que León Tolstoi dejó algunas de las mejores obras que la literatura rusa ha
dado desde el principio de los tiempos. Las novelas ‘Guerra y Paz’ y ‘Ana Karenina’
son presentadas como “la cúspide del modernismo” y la última de ellas es, para
algunos, la mejor novela de amor jamás escrita. Ana Karenina comienza con una
sentencia casi tan famosa como su personaje protagonista, aquello de que todas
las familias felices son iguales, pero las desdichadas lo son cada una a su
manera. Desde que Tolstói lo dejó escrito, cientos de personas han utilizado
esa frase cuando quieren explicar hasta qué punto las penas o los problemas se
pueden presentar de diferente forma.
El año
pasado, todos los medios de comunicación se hicieron eco del centenario de su
muerte, un acontecimiento que sirvió para recordar la figura del maestro, para
que algunas editoriales reeditaran sus libros y para que quienes no lo
conocíamos supiéramos de él.
Tolstói era
hijo de un noble y de la acaudalada princesa María Volkonski, que murió cuando
él tenía dos años.
El escritor
no fue un buen estudiante, o al menos no tenía las cosas demasiado claras: fue
de una carrera a otra y dicen sus biógrafos que consiguió acabar su formación
gracias a la consideración que sus profesores le tenían por pertenecer a una
buena familia.
Al parecer,
mientras decidía si estudiar letras o derecho, el escritor no desperdició el
tiempo y se convirtió en un vividor. Era un estudiante rico al que le gustaba
el alcohol, el juego y las mujeres.
Tuvo que
volver a Yásnaia Poliana al acabar la universidad para que su vida diera un
giro completo: al ver en la situación en la que estaban los campesinos y las
penurias que sufrían, Tolstói empezó a pensar en que forma podría ayudar a
mejorar las cosas. Sin embargo la vida le llevó primero a convertirse en
militar. Fue un soldado y un oficial valiente, pero después de unos años, como
no encajaba demasiado bien en el ejército, lo dejó para volver al campo y
dedicarse a escribir.
No mucho
tiempo después el escritor se dio cuenta de lo mucho que había influido en él
su paso por el ejército. Le había llevado a conocer lugares en los que Tolstói
se descubrió con un sentimiento místico hacia la naturaleza.
En 1862 se
casó con Sofía Berhs, un miembro de una familia adinerada de Moscú con la que
más tarde formaría una extensa familia. Sus dos grandes novelas: ‘Guerra y paz’
y ‘Ana Karenina’, las escribiría a partir de entonces. En los últimos años de
su vida, el escritor se había convertido en una especie de profeta de su propia
religión. Había dejado los lujos y se había mezclado con los campesinos.
Incluso quería ceder sus derechos de autor a los pobres. Esto no debió hacerle
mucha gracia a su mujer , ya que según he leído en varios artículos y lo que he
podido ver en la película “La última estación”( centrada en los últimos años de
la vida de Tostói) hizo todo lo posible para que no lo hiciera. Por lo visto
fue criticada por algunos de los seguidores de la corriente religiosa que había
creado su marido ( losTolstoianos) por intentar impedirlo. Durante esta época
cada vez eran más frecuentes las discusiones entre Sofia y Tolstói, que terminó
marchándose una noche acompañada por su médico y la menor de sus hijas. Sin
embargo el escritor no llegó a su destino. Enfermó por el camino, y tuvo que
refugiarse en una estación de un pequeño pueblo en donde esperaron, él y todos
sus seguidores, una recuperación que nunca llegó.
Para saber
hasta que punto fue importante Tolstói cualquiera puede acceder a través de
YouTube a un documental que muestra al escritor y al pueblo ruso en su
despedida.
Cuando
murió,Tolstói era mucho más que uno de los mejores escritores rusos de todos
los tiempos. Para algunos, había muerto un santo. Para todos, alguien
irrepetible.
Turgueniev,
otro de los grandes escritores rusos de todos los tiempos, escribió a Tolstoi
antes de morir : "No le he escrito desde hace mucho tiempo porque estaba
enfermo, y ahora estoy, para hablar con franqueza, en mi lecho de muerte. Sólo
le escribo para decirle cuán dichoso me siento por haber sido su
contemporáneo".
Imagen
biografiasyvidas
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