sábado, 6 de abril de 2013

El síndrome de Peter Pan


Eva Pérez



El síndrome de Peter Pan hace referencia los adultos que con el paso del tiempo continúan comportándose como niños o adolescentes, no desarrollando la responsabilidad, interacción y seguridad suficientes para desempeñar el rol de adulto que les tiene reservada la sociedad.
Este síndrome, que esta más extendido entre los hombres que entre las mujeres, comienza a presentarse, según los especialistas, como un endémico de la sociedad moderna pos-industrial.
Fue Dan Kiley, un psicólogo norteamericano, el que le puso a este conjunto de síntomas y comportamientos el nombre de Síndrome de Peter Pan. Rasgos que caracterizaba a personas que se sienten incapaces y eluden el abandono de su papel de hijo para convertirse en padre. El resultado es una inmadurez que hace al individuo resistirse a asumir el papel de cuidador de otros y ser incapaz de mantener la estabilidad en una pareja o intercambiar los papeles que esto conlleva igualitariamente.


Según la mayoría de los especialistas, este síndrome lo padecen “los varones entre veinte y cuarenta años en cuyas biografías coincidan tres circunstancias: educación permisiva, déficit afectivo y déficit escolar”.
Bolinches, uno de los máximos entendidos en el tema, dice que: “Una de las causas principales de la aparición de la generación de ‘Hombres Peter Pan’ es, precisamente, el estado de desconcierto en el modelo de relaciones de género que se ha producido como consecuencia del gran salto en el protagonismo social de la mujer, al tiempo que el culto a la imagen y la indefinición sexual".

Todo hace indicar que los síntomas más habituales conforman una persona que suele tener una coraza para protegerse y así parecer más fuertes de lo que es, es decir, normalmente estas personas suelen parecer seguras de si mismas incluso arrogantes pero en cambio son todo lo contrario, inseguros e indecisos. Se esconden detrás de mentiras en intentos de disimular su incapacidad para madurar y crecer.
Son rasgos también de su personalidad el que suelen sentirse más seducidas o atraídas por la juventud que por gente de su misma edad o edad cercana a la suya, muestran mucha inseguridad y una autoestima muy baja, no aceptan responsabilidades y quieren que otros hagan lo que es de su responsabilidad, creen que los compromisos les impiden la libertad y son un obstáculo para ellos, tienen miedo a quedarse solos, a la soledad, y nunca dan o hacen algo por los demás solo se preocupan de si mismos.

En la actualidad no existe un tratamiento para ayudar a las personas que padecen este síndrome. Lo mejor para superar esta enfermedad es hacer ver a las personas que padecen dicho síndrome que tiene que afrontarlo como sea y que tienen que afrontarse a la realidad por muy duro que les pueda parecer y también tienen que aceptar sus responsabilidades para de este modo poder ir superándolo. La mejor ayuda para superar este síndrome la dan los especialistas en psicología. Acudir a un psicólogo será la mejor opción para superarlo.

En todo caso es un rasgo más de una sociedad enfermiza que contraviene su propia naturaleza y causa, apoyar, proteger y estimular al individuo, al crear seres dóciles, consumistas y dependientes de la tecnología, la imagen y los servicios públicos, muy lejos, por tanto, de las viejas estructuras sociales, en las que la ayuda familiar también proveía al individuo de un fuerte estimulo para asumir protagonismo en ella.

Imagen bienestar-salud180.com



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