Carlos García
de los Salmones
El ayeaye
es un animal de la familia de los lémures y como tal, vive en Madagascar, el
único lugar del mundo en el que puedes encontrar esta extraña y escasa especie.
Lo que le hace tan especial, a parte de su desagradable apariencia, son las
historias que los nativos de Madagascar cuentan sobre él.
Creen que
son animales muy peligrosos y poseídos por espíritus malvados. Dicen que si un
ayeaye te señala con su tercer dedo, sufrirás una repentina muerte muy
dolorosa.
Todas estas
supersticiones están provocadas por el miedo que infunde el aspecto y anatomía
de este animal. Sus ojos
fijos e inexpresivos inspiran maldad pero, en realidad, el ayeaye es un animal
como otro cualquiera; lo que pasa es que tiene mala fama, como el buitre o el
cuervo.
Los
indígenas juzgan a este marginado animal por su aspecto físico y con sus
estúpidas supersticiones han provocado que esta especie decrezca a un ritmo
alarmante, ya que cuando ven uno, tienen la orden de matarle.
Pero que el
ayeaye esté al borde de la extinción no depende solo de las matanzas sin
sentido de estas tribus, también ha influido gravemente la deforestación de su
hábitat.
Otro de sus
rasgos característicos es que el tercero de sus dedos es exageradamente más
largo y delgado que el resto. El ayeaye lo utiliza para escarbar en la corteza
de los árboles en los que vive y cuando encuentra un orificio hecho por alguna
larva o gusano introduce su adaptado dedo para sacarla y comérsela. Se alimenta
principalmente de insectos, en cuya captura gasta la mayor parte de sus
energías. También come pequeñas cantidades de frutos utilizando sus incisivos
para pelarlos o cascarlos y sirviéndose de su especial dedo, saca esos sabrosos
y nutritivos bocados.
Para
terminar de conformar esta estrambótica figura, posee unas grandes y
membranosas orejas que aumentan la aureola de misterio que rodea a este
peculiar animal nocturno.
Entrando en
datos más específicos, suele tener el tamaño de un gato, la longitud de la
cabeza y el cuerpo mide unos 40
cm . y su cola alrededor de los 55 cm .
Es típico
de las selvas húmedas y de los bosques litorales del nordeste de Madagascar.
Habita en las copas de los árboles de tronco recto, donde construye sus
complicados nidos a unos 12 m .
de altura. Para construirlos aprovecha las horcaduras de los troncos y utiliza
ramillas y hojas, que entreteje hábilmente, formando un armazón que renueva
temporalmente si es necesario.
No se sabe
gran cosa de su reproducción pero, en cada parto, las hembras solo tienen una
cría que llevan a cuestas (modo característico de los lémures).
El ayeaye
es más monstruoso de recién nacido que de adulto. Nace con la cabeza pequeña y
unas enormes y desproporcionadas orejas acompañadas de grandes ojos saltones.
Como el
pelo le tarda en crecer parece una rata de aspecto enfermizo, pero una vez la
cría se va desarrollando, sus desproporciones se disimulan gracias a una
abundante masa de pelo; aunque continúa teniendo un aspecto siniestro.
Si no
hacemos nada y se continúa perjudicando a esta desgraciada especie,
conseguiremos que nuestras acciones desemboquen en su total desaparición.
Imagen de
futurity.com
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