domingo, 14 de abril de 2013

Bacterias, las guardianas del rio


Soraya Cuesta, Gloria Balbás



Esta semana la empresa Sniace ha hecho pública la adjudicación al estudio de ingeniería DÝNAMIS, de las obras para la ampliación de la estación de depuración de aguas residuales industriales (EDARI) que la empresa química tiene en la localidad de Ganzo (Cantabria). Las obras permitirán a Torrelavega dispones de la mayor depuradora industrial de Europa, que ya en la actualidad ocupa 3 hectáreas de terreno, capaz de depurar 48.000 m3 al día (2.000 por hora), tanto de las aguas procedentes de los procesos industriales de la planta fibra y celulosa, como de las aguas residuales urbanas de la cuenca del Besaya.




En la visita que Enredados ha podido realizar a las instalaciones, Marta Revilla, responsable del departamento de medio ambiente de Sniace nos explicaba que uno de los aspectos más interesantes del proyecto es la construcción de un nuevo reactor biológico, lo que incrementa la apuesta de la factoría por la sostenibilidad, iniciada en 2008 con la creación de la comisión medioambiental, y que ha permitido la puesta en marcha de una planta de tratamiento de lejías, procesadores biológicos de SO2 y reducción del consumo de agua. Y ello con la política de reutilizar todos los subproductos generados por el proceso industrial. En la actualidad, el EDARI cuenta ya con un primer reactor, operativo desde 2010, que depura las aguas mediante “un proceso físico-químico y biológico de alta carga (MBBRTM), lo que permite tratar las aguas mediante bacterias y microorganismos, generando residuos (lodos) de utilidad en la agricultura”, explica Marta Revilla.


El proceso aplicado en Sniace consiste en que tras un primer filtrado de las aguas y una elevación de su Ph, estas se introducen en tanques de siete metros de altura, donde colonias de bacterias, situadas en placas hexagonales (para aumentar la superficie de contacto), procesan los componentes químicos que se quieren extraer del agua. Tras este primer tratamiento, el agua pasa a un segundo tanque, donde el proceso se completa con otros micro organismos, más selectivo. Como todas las bacterias empleadas son aerobias, los tanques emplean un proceso de agitación continuada para enriquecer el agua en oxígeno. En la tercera parte del reactor un proceso de electrolisis completa la depuración. El desecho que se produce con la muerte de los micro organismos es un lodo que se deseca y compacta, habiendo llegado Sniace a acuerdos con diversas empresas para su comercialización en usos agrícolas, dado su alto contenido energético y en nutrientes.


Pese al valor de este procedimiento, se han elevado algunas críticas contra la mala calidad del agua depurada, en su color y olor, y que podría resolverse con una cloración y tratamiento químico que en este momento no está contemplada. Es, posiblemente uno de los últimos pasos en una empresa que ha reducido sus emisiones contaminantes a la atmósfera y las aguas, hasta ser estas de un 7% de las que eran hace 10 años. Pero queda algo.En todo caso, un deshecho altamente contaminante, se ha convertido en una fuente de riqueza no agresiva para el medio, y en una alegría para los escasos peces del Besaya.

















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