sábado, 27 de abril de 2013

Lomografía


Ignacio Urbistondo, Ismael López


Este año todo mi grupo viajó a la ciudad de Valencia de fin de curso, y allí pudimos investigar e informarnos sobre la lomografía, el arte de hacer fotografías con una cámara LOMO LC-A (cámara compacta de la marca soviética LOMO).
Por eso aprovechamos nuestro viaje a Valencia para investigar acerca de este tipo de cámaras, su estructura, funcionamiento y como no el tipo de fotos que estas cámaras hacen.
Uno de nuestros primeros destinos fue la tienda Sixty´s World ubicada en el centro de Valencia que ya era conocida por uno de los miembros del grupo.
Según llegamos los dependientes nos explicaron las bases de este mundo y su norma de oro: Shoot from the hip’ dispara desde la cadera.


Mientras el mundo gira en torno de la tecnología y los pixeles de la fotografía digital hay un pequeña comunidad de personas que prefieren guiarse por los encantos de la fotografía analógica low-tech y sus artísticos errores como medio-velados, distorsiones y sobreexposiciones.
La primera lomo lc-a fue encontrada por estudiantes austriacos en un mercadillo mientras viajaban por Checoslovaquia. Las utilizaron como diversión y se quedaron alucinados cuando ya en casa revelaron los carretes. No dudaron en buscarla para intentar popularizarla.
En 1991 nació la sociedad internacional de la lomografía dispuesta a dar a conocer esta técnica que ya por aquellos años estaba en declive.
La gente que utiliza estas cámaras dice que la sensación que se tiene al ir a buscar las fotografías reveladas a la tienda no tiene comparación a la monotonía de saber lo que va a salir en la foto milésimas de segundo después de sacar la foto. Con una cámara lomográfica se puede hacer todo lo que uno quiera, teniendo en cuenta las pequeñas limitaciones que tiene una cámara que fue fabricada para la gente de la unión soviética de los años 80.
Parece increíble que después de tanto tiempo estas cámaras sigan existiendo, pero ya se sabe, lo antiguo está reapareciendo. Así fuimos capaces de adquirir una HOLGA, cámara también de bajo coste, de fabricación China, que desbancó en esos años a las de fabricación rusa.
Pero lo único no es hacerse con la máquina ya difícil de por sí, si no con los carretes adecuados para ella. Puede probar en cualquier tienda de fotografía preguntando por carretes de medio formato 120 la respuesta que obtengas es posiblemente que ya no se fabrican. Esto es mentira, pero son pocos los lugares que las comercian. Tuvimos suerte y en Valencia nos hicimos con este tipo de carretes. Estábamos ansiosos por usarla, pero cuidado, solo tienes 12 disparos para utilizar. Nos contuvimos y esperamos a leer un poco el manual, sus cualidades y oportunidades. Nos sorprendimos de todo los que se pueden llegar a hacer, pero eso es, llegar a hacer. Para eso antes has debido de gastar muchísimos carretes practicando y experimentado las posibilidades de la HOLGA.
Y finalmente, existe un último impedimento para conseguir las ansiadas fotos. Lo de revelarlas ya se ha convertido en algo del pasado, pero se puede hacer. Sin embargo esto no es suficiente, ya que para conseguir el efecto deseado se necesita un revelado cruzado, algo no tan común. Hasta ahora en Cantabria no hemos encontrado sitio que nos permita esto, aunque si hemos revelado nuestro primer carrete, con resultados más o menos satisfactorios.
Espero que con este trabajo hayamos despertado la vena retro de alguno de los lectores y se interesen por reutilizar esas cámaras que posiblemente tengan guardadas en sus casas.

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