Ignacio Urbistondo, Ismael López
Este año todo mi grupo viajó a la ciudad de Valencia de
fin de curso, y allí pudimos investigar e informarnos sobre la lomografía, el
arte de hacer fotografías con una cámara LOMO LC-A (cámara compacta de la marca
soviética LOMO).
Por eso aprovechamos nuestro viaje a Valencia para
investigar acerca de este tipo de cámaras, su estructura, funcionamiento y como
no el tipo de fotos que estas cámaras hacen.
Uno de nuestros primeros destinos fue la tienda Sixty´s
World ubicada en el centro de Valencia que ya era conocida por uno de los
miembros del grupo.
Según llegamos los dependientes nos explicaron las bases
de este mundo y su norma de oro: Shoot from the hip’ dispara desde la cadera.
Mientras el mundo gira en torno de la tecnología y los
pixeles de la fotografía digital hay un pequeña comunidad de personas que
prefieren guiarse por los encantos de la fotografía analógica low-tech y sus
artísticos errores como medio-velados, distorsiones y sobreexposiciones.
La primera lomo lc-a fue encontrada por estudiantes austriacos
en un mercadillo mientras viajaban por Checoslovaquia. Las utilizaron como
diversión y se quedaron alucinados cuando ya en casa revelaron los carretes. No
dudaron en buscarla para intentar popularizarla.
En 1991 nació la sociedad internacional de la lomografía
dispuesta a dar a conocer esta técnica que ya por aquellos años estaba en
declive.
La gente que utiliza estas cámaras dice que la sensación
que se tiene al ir a buscar las fotografías reveladas a la tienda no tiene
comparación a la monotonía de saber lo que va a salir en la foto milésimas de
segundo después de sacar la foto. Con una cámara lomográfica se puede hacer
todo lo que uno quiera, teniendo en cuenta las pequeñas limitaciones que tiene
una cámara que fue fabricada para la gente de la unión soviética de los años
80.
Parece increíble que después de tanto tiempo estas
cámaras sigan existiendo, pero ya se sabe, lo antiguo está reapareciendo. Así
fuimos capaces de adquirir una HOLGA, cámara también de bajo coste, de
fabricación China, que desbancó en esos años a las de fabricación rusa.
Pero lo único no es hacerse con la máquina ya difícil de
por sí, si no con los carretes adecuados para ella. Puede probar en cualquier
tienda de fotografía preguntando por carretes de medio formato 120 la respuesta
que obtengas es posiblemente que ya no se fabrican. Esto es mentira, pero son
pocos los lugares que las comercian. Tuvimos suerte y en Valencia nos hicimos
con este tipo de carretes. Estábamos ansiosos por usarla, pero cuidado, solo
tienes 12 disparos para utilizar. Nos contuvimos y esperamos a leer un poco el
manual, sus cualidades y oportunidades. Nos sorprendimos de todo los que se
pueden llegar a hacer, pero eso es, llegar a hacer. Para eso antes has debido
de gastar muchísimos carretes practicando y experimentado las posibilidades de
la HOLGA.
Y finalmente, existe un último impedimento para conseguir
las ansiadas fotos. Lo de revelarlas ya se ha convertido en algo del pasado,
pero se puede hacer. Sin embargo esto no es suficiente, ya que para conseguir
el efecto deseado se necesita un revelado cruzado, algo no tan común. Hasta
ahora en Cantabria no hemos encontrado sitio que nos permita esto, aunque si
hemos revelado nuestro primer carrete, con resultados más o menos
satisfactorios.
Espero que con este trabajo hayamos despertado la vena
retro de alguno de los lectores y se interesen por reutilizar esas cámaras que
posiblemente tengan guardadas en sus casas.
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