Orinoterapia

Juan Abascal, Carlos García, Pablo A. Gutierrez, Mario Garma

A todos nos han hablado de muchos remedios naturales que prometen una eterna y duradera juventud. Tales como la baba de caracol, algunas soluciones con infusiones de hierbas, distintos aceites, baños en cacao y mascarillas de algas. Pero de lo que nosotros vamos a hablar es de la orinoterapia.

En muchas culturas, esta técnica ha sido utilizada de diferentes maneras. Los hindús se frotaban todo el cuerpo con orina concentrada, ya que creían que la orina mejoraba el estado de la piel. En América precolombina y Asia formaba parte de rituales religiosos basados en la idea de que la orina, o coloquialmente llamada “agua de la vida”, purificaba a los realizadores de estos rituales. Los antiguos romanos la utilizaban como blanqueador dental, y en la antigua China se pensaba que la orina de los niños era curativa. Durante el siglo XVII, en Francia, empapaban calcetines en orina y se los enrollaban en el cuello, porque pensaban que curaba la faringitis. Además, los aztecas orinaban en las heridas extremas, debido a que suponían que evitaría infecciones y podría ayudar a recuperarse mejor y más rápido de esas heridas. Incluso se dice que es útil en casos extremos de hambre y sed ocasionados por guerras, terremotos y cualquier otro tipo de desastre natural. En los años 70, en EEUU y en Japón, confirmaban la importancia del ácido úrico para activar el ADN de los genes y rejuvenecer los órganos, la presencia de anticuerpos para evitar infecciones…

Actualmente, la orinoterapia es una pseudociencia, una medicina alternativa, es decir, una medicina que no está probada científicamente. Como su propio nombre indica, consiste en la utilización de la orina con fines cosméticos o supuestamente terapéuticos. Está ganando popularidad en occidente, debido a su supuesta efectividad y sencillez. Sin embargo, los médicos convencionales no creen que sea un medicamento cien por cien fiable. Por el contrario, los terapeutas naturistas que lo utilizan afirman que contiene códigos de regeneración y curación (es un líquido con muchos minerales y propiedades antígenas que fortalecen el sistema inmunológico para combatir enfermedades, actúa como una vacuna personalizada).

Es recomendable la supervisión de un terapeuta especializado: empezar con pequeñas dosis durante unos 3 días e ir aumentando paulatinamente. Antes de emplear esta técnica por vía oral, hay que depurar el organismo 3 días con una dieta sana, con pocas grasas para disminuir la cantidad de toxinas en la orina, y tomando 2 o 3 litros de agua a lo largo del día. Solemos pensar que la orina es una material inservible, asociado a suciedad y mal olor, pero se puede aprovechar sus propiedades como elemento curativo. En una persona sana, no tiene sabor ni olor. Es un producto de nuestro propio cuerpo, que no provoca alergias y contiene anticuerpos. La orina es un filtro de la sangre, como todos deberíamos saber, de constitución parecida al suero sanguíneo y al líquido amniótico, elimina sobrantes de hormonas, enzimas y aminoácidos para mantener el equilibrio electrolítico.

La terapia se puede aplicar también en la piel (vía tópica) en forma de cataplasmas, baños, champús y gárgaras para tratar enfermedades cutáneas, inflamación, picaduras… El paciente debe estar preparado psicológicamente para este tratamiento. El tratamiento se puede acompañar de infusiones de plantas medicinales, té verde, miel… para hacer más amena su ingestión. Se pueden tratar enfermedades renales, hepáticas, gastrointestinales del aparato respiratorio, bazo, páncreas y altos niveles de grasa en sangre.

No debe realizarse cuando el paciente toma medicamentos para el cáncer, el sida o corticoides, ya que volverían las sales del fármaco.

La orinoterapia y otros métodos naturistas son técnicas complementarias a los tratamientos tradicionales y no siempre curan una enfermedad. Una persona sana puede tomarla periódicamente para depurar y limpiar el cuerpo cada seis meses.

Opinamos que es un acto muy accesible y económico pero poco fiable y desagradable.

Imagen zapatilla.com