Luis Daoíz,
militar español, nace el 10 de febrero de 1767 en Sevilla. Fue partícipe del
levantamiento del 2 de mayo contra Francia, acabando como un héroe junto con el
oficial cántabro Velarde.
Desarrolló
su vida en el seno de una familia aristocrática andaluza, hijo de Doña
Francisca Torres Ponce de León y Don Martín Daoíz, residieron en el palacio de
la familia de Doña Francisca en Sevilla. Sus hermanos se llamaban María del
Rosario, Francisco y Josefa. Estudiaba en el colegio jesuita de San
Hermenegildo. Al finalizar sus estudios allí, con la edad de 15 años, ingresó
como cadete en el Colegio de Artillería de Segovia, donde destacó y obtuvo la
graduación de alférez.
En 1790,
con el grado de subteniente, fue voluntario a la defensa de la ciudad de Ceuta,
en el norte de África, pasando posteriormente a la de la ciudad de Orán. Allí,
en 1792, con 21 años, y como premio a sus méritos, ascendió al grado de
teniente de artillería. En 1794, participó en la "Guerra del Rosellón"
contra la Francia
revolucionaria, hecho prisionero, permaneciendo en Toulouse como tal hasta que
en 1795 fue firmada la Paz de Basilea. Durante su
cautiverio, conocida su valentía y su buena fama, a la vez que su conocimiento
de idiomas extranjeros, recibió ofertas para pasarse al bando revolucionario
francés, las cuales rechazó ya que lo único que quería era regresar a España
para prestar sus servicios en defensa de su nación. En 1797, durante la
estancia de los ingleses en Cádiz, dirigió una de las lanchas que atacaban a
los navíos de Nelson, saliendo victoriosa la defensa española. Posteriormente y
debido a la escasez de artilleros en la marina, se incorporó al navío San
Ildefonso, e hizo dos viajes a América, ascendiendo a capitán de artillería en 1800
y destinándosele a un regimiento de artillería en Sevilla, donde demostró su
gran capacidad científica en su contribución al desarrollo de unas piezas
ligeras de artillería.
En enero de
1808, fue destinado a Madrid donde, viendo la importancia que tenía la
presencia de los franceses en España, que ocupaban las plazas fuertes y las
grandes poblaciones por las que iban pasando, la casualidad hizo que en Madrid
se encontrara con el militar cántabro Pedro Velarde. Daoíz con 41 años, en ese
momento se encontraba al mando del Parque de Artillería de Monteleón, ubicado
en la actual «Plaza del dos de Mayo», y tenía a sus espaldas más de 30 años de
servicio fiel a España. El cántabro era más joven, con 29 años, se había hecho
un hueco en las altas esferas del Estado Mayor del Cuerpo de Artillería.
Ambos
vieron lo vieron un momento perfecto para luchar por la soberanía española.
Así, y a pesar de que desde el gobierno se les había ordenado no combatir
contra los franceses, decidieron ponerse de lado del pueblo con piedras, palos
y navajas, enfrentándose a miles de soldados franceses.
La lucha en
este cuartel duró unas tres horas. Pero combatían frente a fuerzas diez veces
superiores, las fuerzas españolas contaban con unos 5.000 hombres, en su
mayoría acuartelados fuera de la ciudad, y los franceses unos 40.000, situados
en el casco urbano y alrededores y las municiones empezaron a escasear. La
suerte estaba decidida.
El asalto
definitivo asoló a los españoles, que se vieron superados por una fuerza 30
veces mayor. A su vez, el fuego de algunas unidades de tiradores franceses
situados en balcones y casas hizo bajar rápidamente el número de defensores.
Aunque herido en un muslo, Daoíz intentó seguir la defensa, pero en el fragor
de la batalla fue alcanzado por la espalda con una bayoneta y posteriormente
acribillado a estocadas, el oficial Pedro Velarde también falleció ese mismo
día. El valiente capitán había defendido hasta su último aliento Monteleón,
pero todo su valor no había conseguido detener a los franceses.
El 2 de
mayo de 1814, sus restos fueron trasladados, junto con los de Velarde a San
Isidro el Real, como homenaje a su sacrificio. Hoy reposan en el monumento
hecho en su honor en 1840 en el Paseo del Prado. La entrada principal del
Congreso de los Diputados en Madrid se encuentran los dos leones de bronce,
fundidos en la Real
Fábrica de Artillería de Sevilla, y reciben los nombres de
"Daoíz y Velarde" en honor a ambos militares españoles. La calle
Daoíz perpetúa en Mairena la memoria del héroe del 2 de Mayo, en cuyo honor se
renombró la calle Iglesia, donde se ubicaba la casa de sus abuelos en la que
vivió algún tiempo durante su infancia.
Lidia
Velarde Cos
Estudiante
de secundaria, Colegio La Paz ,
Torrelavega (Cantabria)
Imagen madridconencanto-siema.blogspot.com
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