sábado, 22 de marzo de 2014

Daoiz y la Guerra de la Independencia




Luis Daoíz, militar español, nace el 10 de febrero de 1767 en Sevilla. Fue partícipe del levantamiento del 2 de mayo contra Francia, acabando como un héroe junto con el oficial cántabro Velarde.
Desarrolló su vida en el seno de una familia aristocrática andaluza, hijo de Doña Francisca Torres Ponce de León y Don Martín Daoíz, residieron en el palacio de la familia de Doña Francisca en Sevilla. Sus hermanos se llamaban María del Rosario, Francisco y Josefa. Estudiaba en el colegio jesuita de San Hermenegildo. Al finalizar sus estudios allí, con la edad de 15 años, ingresó como cadete en el Colegio de Artillería de Segovia, donde destacó y obtuvo la graduación de alférez.


En 1790, con el grado de subteniente, fue voluntario a la defensa de la ciudad de Ceuta, en el norte de África, pasando posteriormente a la de la ciudad de Orán. Allí, en 1792, con 21 años, y como premio a sus méritos, ascendió al grado de teniente de artillería. En 1794, participó en la "Guerra del Rosellón" contra la Francia revolucionaria, hecho prisionero, permaneciendo en Toulouse como tal hasta que en 1795  fue firmada la Paz de Basilea. Durante su cautiverio, conocida su valentía y su buena fama, a la vez que su conocimiento de idiomas extranjeros, recibió ofertas para pasarse al bando revolucionario francés, las cuales rechazó ya que lo único que quería era regresar a España para prestar sus servicios en defensa de su nación. En 1797, durante la estancia de los ingleses en Cádiz, dirigió una de las lanchas que atacaban a los navíos de Nelson, saliendo victoriosa la defensa española. Posteriormente y debido a la escasez de artilleros en la marina, se incorporó al navío San Ildefonso, e hizo dos viajes a América, ascendiendo a capitán de artillería en 1800 y destinándosele a un regimiento de artillería en Sevilla, donde demostró su gran capacidad científica en su contribución al desarrollo de unas piezas ligeras de artillería.
En enero de 1808, fue destinado a Madrid donde, viendo la importancia que tenía la presencia de los franceses en España, que ocupaban las plazas fuertes y las grandes poblaciones por las que iban pasando, la casualidad hizo que en Madrid se encontrara con el militar cántabro Pedro Velarde. Daoíz con 41 años, en ese momento se encontraba al mando del Parque de Artillería de Monteleón, ubicado en la actual «Plaza del dos de Mayo», y tenía a sus espaldas más de 30 años de servicio fiel a España. El cántabro era más joven, con 29 años, se había hecho un hueco en las altas esferas del Estado Mayor del Cuerpo de Artillería.
Ambos vieron lo vieron un momento perfecto para luchar por la soberanía española. Así, y a pesar de que desde el gobierno se les había ordenado no combatir contra los franceses, decidieron ponerse de lado del pueblo con piedras, palos y navajas, enfrentándose a miles de soldados franceses.
La lucha en este cuartel duró unas tres horas. Pero combatían frente a fuerzas diez veces superiores, las fuerzas españolas contaban con unos 5.000 hombres, en su mayoría acuartelados fuera de la ciudad, y los franceses unos 40.000, situados en el casco urbano y alrededores y las municiones empezaron a escasear. La suerte estaba decidida.
El asalto definitivo asoló a los españoles, que se vieron superados por una fuerza 30 veces mayor. A su vez, el fuego de algunas unidades de tiradores franceses situados en balcones y casas hizo bajar rápidamente el número de defensores. Aunque herido en un muslo, Daoíz intentó seguir la defensa, pero en el fragor de la batalla fue alcanzado por la espalda con una bayoneta y posteriormente acribillado a estocadas, el oficial Pedro Velarde también falleció ese mismo día. El valiente capitán había defendido hasta su último aliento Monteleón, pero todo su valor no había conseguido detener a los franceses.
El 2 de mayo de 1814, sus restos fueron trasladados, junto con los de Velarde a San Isidro el Real, como homenaje a su sacrificio. Hoy reposan en el monumento hecho en su honor en 1840 en el Paseo del Prado. La entrada principal del Congreso de los Diputados en Madrid se encuentran los dos leones de bronce, fundidos en la Real Fábrica de Artillería de Sevilla, y reciben los nombres de "Daoíz y Velarde" en honor a ambos militares españoles. La calle Daoíz perpetúa en Mairena la memoria del héroe del 2 de Mayo, en cuyo honor se renombró la calle Iglesia, donde se ubicaba la casa de sus abuelos en la que vivió algún tiempo durante su infancia.


Lidia Velarde Cos
Estudiante de secundaria, Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria)
Imagen madridconencanto-siema.blogspot.com


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