miércoles, 5 de marzo de 2014

La Guerra de Independencia



El Imperio francés, regido por Napoleón Bonaparte, en un intento de invadir Portugal, entra en España, ya que este país se negó a aceptar el bloqueo continental a Reino Unido; dentro del proyecto de Napoleón para configurar un nuevo mapa de Europa, frente a las monarquías dominantes.


Con la firma del tratado de Fontainebleau entre el Ministro Godoy y Napoleón, se autoriza a las tropas francesas a la entrada en España para acometer contra Portugal. Los franceses no estaban de paso, como hicieron creer, sino que tenían un plan para poner en Madrid a un nuevo Monarca. Da así comienzo la invasión francesa, resultado de una serie de hechos anteriores que estallan con la Revolución francesa y las relaciones entre España y Francia desde entonces. Esta situará en el trono a su hermano José Bonaparte.

El 2 de mayo de 1808, el pueblo madrileño, ve como los soldados del ejército francés sacan del palacio a la reina de Etruria (Estado satélite que existió entre 1801 y 1807 bajo la imposición de Napoleón); pero dan comienzo a la revuelta cuando intentan llevarse al Infante Francisco de Paula, hijo de Carlos IV, a la fuerza hacia Bayona. Al grito de “¡qué nos lo llevan!".

Los ciudadanos salen a la calle a luchar contra los franceses con  armas de lo más rudimentario: palos, cuchillos, tijeras, navajas... Las calles de Madrid fueron escenario de una sangrienta batalla, de la Plaza Mayor a la Puerta de Toledo, Puerta del Sol y Malasaña. Viendo la sublevación del pueblo llano, el Mariscal Murat ordena al ejército francés represaliar a todos los que estén en su contra.

Frente a esto, los militares españoles no llegaban a actuar. Sólo unos pocos desobedecieron y se unen al pueblo, estos eran los capitanes de Artillería Luís Daoíz y Torres, y Pedro Velarde Santillán, con algunos de sus hombres encerrados en el Parque de Artillería de Monteleón luchan contra los franceses. Desarman a la guardia francesa para dar armas al pueblo y así defenderse. Ambos murieron. Junto con otros muertos heroicamente, fueron enterrados esa misma noche, en la iglesia de San Martín.

Los hechos de este día están plasmados en el libro "Un día de cólera" de Arturo Pérez Reverte, que recoge en su texto lo más significativo de la pelea:

“El pueblo humilde que sale a combatir, lo hizo por su cuenta y riesgo, ante el desentendimiento de sus gobernantes. En aquella cuidad de 170 mil habitantes solo tomaron las armas de verdad tres o cuatro mil hombres, mujeres y niños. La lista de 413 muertos y 160 heridos prueba que la mayor parte de quienes pelearon desempeñaban oficios humildes: panaderos, jornaleros, criados, albañiles, bordadoras, pescaderas, etc.

El dos de mayo apenas duro cinco horas, que hizo posible lo que vino después: una epopeya nacional extraordinaria. A partir del tres de mayo, de modo espontáneo y solidario, un nación entera se confirmó así misma sublevándose contra la invasión extranjera."

La causa del levantamiento de España contra el invasor, no está en el Dos de Mayo, sino en la sanguinaria represión que le siguió.





Posteriormente, en la Batalla de Bailen, los franceses serán derrotados por las tropas del General Castaños. Gran Bretaña ataca a las tropas de Francia desde Portugal. Así, ingleses y españoles irán logrando la retirada de los franceses tras la línea del Ebro.

Napoleón decide intervenir personalmente al frente de la Grand Armeè va derrotando a todas las tropas españolas que encuentra en su camino. Tras recuperar Madrid, Napoleón regresa a Francia. Se va apoderando del territorio español, exceptuando Cádiz. Los españoles viendo esto se organizan en guerrillas, un nuevo método de lucha. Los más famosos guerrilleros fueron: Espoz y Mina, Martín Díaz “el Empecinado” y el cura Merino. Los franceses responden con la represión de aquellos a los que captura o les apoyan.

La guerra contra los franceses produjo en España una crisis general. Los problemas que tenía desde finales del siglo XVIII salieron a la luz: la quiebra de la Hacienda Real por la disminución de los ingresos del comercio y el incremento de los gastos ocasionados por las  diversas guerras contra Francia (1793-95), Inglaterra (1796-1802 y 1804-1808) y Portugal (1801-1802); las tensiones en el campo, sometido al dominio señorial, con malas cosechas y abandonados por falta de hombres; las luchas entre las élites por alcanzar el poder, quienes defendían los privilegios del Antiguo Régimen frente a cuantos querían dar al país una Constitución que convirtiera a los españoles en ciudadanos libres e iguales ante la Ley. A lo que hay que sumar las epidemias (1809, 1810, 1813), la miseria y el hambre (1811-1812).

En diciembre de 1813 y principios del 1814 se inicia el fin de la Guerra de la Independencia con el Tratado de Valencia. Los franceses conservaban un Ejército de 100.000 hombres. Los españoles contaban con 130.000 más los 70.000 de los ejércitos anglo-portugueses mandados por Wellington. En la primavera de 1813, José I fijó la corte en Valladolid. Pronto tuvo que retirarse ante el Ejército aliado que avanzaba por el valle del Duero. Los franceses fueron derrotados en Vitoria, Pamplona, San Marcial y San Sebastián. Napoleón reconoce a  Fernando VII como rey de España y de las Indias. Las tropas aliadas anglo-españolas consiguieron penetrar en territorio francés, replegando se hacia los Pirineos. La derrota es definitiva  fue gracias a la sucesión de batallas perdidas.
En el congreso de Viena queda retratado como Francia vuelve sus fronteras antes de la revolución.

España se irá recomponiendo con el paso del tiempo. A pesar de todo, se consiguió la unión de un  pueblo.



Imagen fuenterebollo.com

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