Marcada
durante años con la etiqueta de ciudad contaminada y machada por los residuos
industriales, la ciudad de Torrelavega lucha desde hace unos años por
implementar una política de sostenibilidad que mejore las condiciones de vida
de sus vecino y haga compatible su modelo industrial con el respeto al medio
ambiente.La recuperación del río Besaya y sus márgenes, recontaminándolo, los
planes de mejora de la calidad del aire, la creación de una red de huertos
sostenibles, la instalación de paneles solares en las dependencias y empresas
municipales, la puesta en marcha d varios puntos de recarga eléctrica para
coches, la ampliación de los espacios verdes o el aumento de las operaciones de
reciclaje son algunos puntos de este plan.
Ahora el
ayuntamiento ha planteado al Gobierno de Cantabria (que tiene las competencias
en materia ambiental) desarrollar un plan pionero en la región con el uso de un
nuevo contenedor, marrón, para la recuperación de materia orgánica que
permitiría la generación de compost.
Los
concejales de medio ambiente (Jose Luis Urraca) y de urbanismo (Otto Oyarbide)
nos han explicado que el uso de este nuevo contenedor es parte de un plan más
amplio que pretende “implantar un modelo de gestión pública en el Servicio de la Recogida de Residuos”, un
plan que el ayuntamiento quiere que sea el resultado de un amplio debate a
realizar durante este año con partidos y organizaciones civiles para que la
ciudad cuente con un modelo eficiente de recogida selectiva de residuos a fines
de este año 2017.
Para ello
el ayuntamiento ha presentado al Gobierno Regional una primera propuesta que
convertirá a Torrelavega en el primer municipio que cuente con la recogida
selectiva de residuos alimenticios y biodegradables, reciclándolos de forma
natural y dándoles un uso para el que no se necesita que sean destruidos ni
incinerados, si no reciclados de forma natural, tal como, por otra parte,
indican las directivas europeas sobre el tema.
Para
nuestro ayuntamiento no solo es una cuestión de política ambiental, si no
también económica, pues la recogida de residuos tiene en la actualidad un coste
de coste de 3 millones de euros al año, de los cuales entre actuaciones y
gestión, pudiéndose ahorrar mucho en la primera al reducir los gastos en
vertederos y tratamientos.
El
Ayuntamiento nos ha informado que ese quinto contenedor significara una
simplificación del sistema de recogida, y una concentración del mobiliario
urbano utilizado para ellos, pues la idea es “llevar a cabo una reorganización
de las ubicaciones con la creación de islas verdes, donde se localicen los
cinco contenedores de forma menos disgregada por la ciudad, con más
contenedores, pero en menos lugares de la ciudad”, según indica el concejal de
urbanismo.
La
ubicación de estas islas será parte de ese debate que se pretende abrir de
forma inmediata. La razón de las prisas en acometer estos cambios se encuentra
en que diciembre finaliza el contrato con la empresa que actualmente está
prestando este servicio, por lo que “es el momento de empezar a definir el
futuro de la implantación de este quinto contenedor, y que Torrelavega sea
pionera en esta materia, primero iniciando una experiencia piloto en una zona
de Torrelavega, para posteriormente ir implantándolo de forma progresiva en
toda la ciudad hasta 2020” ,
nos ha indicado.
Este nuevo
contenedor es, por tanto, el inicio de un nuevo y consensuado modelo de gestión,
si los estudios jurídicos que se están haciendo y el acuerdo con vecinos,
ecologistas y partidos lo permiten.
Junto a la
gestión directa y las “islas verdes” Torrelavega plantea otros cambios en su
modelo de gestión de residuos, como “la recogida puerta a puerta del vidrio y
del aceite a los hosteleros, mejorar la recogida de los enseres voluminosos
incorporando con total garantía la recogida doméstica de los electrodomésticos
de todo tipo o la creación de puntos limpios móviles en los que recoger todo tipo
de residuos” nos explicaban los concejales afectados.
Lo que si
está descartado, por lo que ha sabido este periodico es el soterramiento de los
contenedores, al haber emitido un informe desfavorable el Ministerio de Medio
Ambiente, basado en los olores, el impacto en el tráfico y el sobre coste. Un
argumento que nos ha sorprendido, al ser un sistema ya en marcha en otros
municipios, de igual forma que sorprende el que este plan no incluya una amplia
política de información y concienciación.
Carmen
Buendía, Lucas Criado
Imagen
Gasteiz Hoy
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