lunes, 10 de diciembre de 2012

Ponte sano contra la obesidad

La obesidad infantil va por el camino de convertirse en una plaga que está movilizando a muchos profesionales de toda España.


Germán Castellano es un profesional de la pediatría ampliamente reconocido por su compromiso con los niños y los jóvenes y por haber puesto en marcha múltiples iniciativas, como los centros de orientación y los programas de educación para la salud con los centros de la provincia. En octubre de 2012, creó un equipo de médicos, psicólogos y pedagogos junto a los cuales ha iniciado una lucha decidida contra la obesidad infantil. El objetivo clave es intentar prevenir y tratar el sobrepeso infantil, en una sociedad en la que el 23% de los niños lo padecen, mientras que un 12% presentan obesidad. Por tanto, 1 de cada 3 están afectados por una epidemia silenciosa de graves consecuencias.


El problema es tan serio que, según Castellano, está empezando a superar en importancia a la bulimia y la anorexia, dos problemas ya estabilizados que afectan en torno al 3-4% de chicos y chicas adolescentes. Lo fundamental es tomar conciencia de que nos encontramos, en ambos casos, ante un problema formativo-educativo de los adolescentes y de las familias, y que igual que estudiamos filosofía o matemáticas, deberíamos formarnos en salud.


La lucha contra la obesidad parte del estudio de las circunstancias personales y familiares.  Una vez diagnosticada la situación, es preciso plantear una psicoterapia, un proceso prolongado en el tiempo que tiene que ir unido a un control médico.


Para Castellano, el problema es complejo, pero existen evidencias de que las cosas están cambiando. Un ejemplo son las cadenas de comida rápida, en las que se están retirando los “menús XXL”. Nos comenta que se trata de “un paso importante, ya que las dietas hipercalóricas no aportan todos los nutrientes necesarios y acaban desembocando en  sobrepeso, obesidad y cifras altas de colesterol”. Frente a ese modelo importado en los últimos años, hay que fomentar una dieta en la que haya más pescado que carne, muchas frutas, verduras, hortalizas y legumbres. Por el contrario, se deben eliminar las grasas saturadas, que son las que dañan las arterias del organismo. En resumen, pocas grasas, pocos dulces y, además, un buen reparto de los alimentos que se ingieren a lo largo del día. Sin embargo, en tiempo de crisis, una dieta sana puede no ser barata. Como factor añadido, en España pecamos de realizar un desayuno insuficiente, ya que la gente se acuesta tarde por quedarse a ver la tele y los niños se levantan con el tiempo justo para ir al colegio.


Un aspecto importante para el doctor Castellano es la relación entre padres obesos e hijos obesos: “hay que tener en cuenta que hay un factor genético, de predisposición. Y hay un factor de imitación en la familia. Si los chicos y adolescentes ven que sus padres no consumen verdura, ni fruta ni hortalizas y que toda la dieta es a base de grasas o de comidas muy calóricas donde se abusa de la sal y de los dulces, ello influirá en los hábitos del adolescente. De ahí la importancia de una campaña que también actúe sobre las familias, y que estamos desarrollando a través de las asociaciones de padres de los colegios, formando a las familias sobre alimentación y sobre la actividad física”.


Pero si las familias influyen, la sociedad también. “Hay factores emocionales. La ansiedad lleva a comportamientos compulsivos. Y la situación laboral y económica de muchas familias, incluso el clima general de preocupación, está generando mucha ansiedad en los jóvenes.


También hay una parte educativa en la propuesta. Está demostrado que, a más obesidad, menos actividad física y, también, que los que más actividad física realizan de una forma continuada, tienen mejores calificaciones en el colegio.


Por otro lado, Castellano está preocupado por una estadística abrumadora: la mayoría de los niños con obesidad de Cantabria viven en la zona de Torrelavega, una de las comarcas con mayores índices de accidentes vasculares o cerebrales de la región. Datos que para el doctor no son casuales, si no que en muchas ocasiones está unido a un perfil socio-económico de familias que se ven obligadas a dietas de bajo precio y alto valor calórico


Los niños obesos suelen, además, desarrollar personalidades con baja autoestima, lo que les lleva a veces a iniciar tratamientos de adelgazamiento inadecuados, con consecuencias muy lesivas para la salud y para su rendimiento escolar.


Todo ello hace que el programa “Ponte sano” haya recibido ya el apoyo de la Consejería de Sanidad. La conciencia ante el problema está creciendo y la voluntad de seguir este camino es clara. Sin embargo, aún queda mucho por hacer para convertir en cotidiana la salud y el cuidado de nuestro cuerpo, es decir, para “ponernos sanos”.




David Pereda


Colegio La Paz, Torrelavega (Cantabria)


Imagen Eduardo cuevas (lalocuevas1.blogspot.com

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