Diego Sancio
La palabra magia deriva del persa magush que significa “ser capaz de “, “tener el poder”. Siempre se ha creído que la magia era un conjunto de rituales cuyo objetivo es el control de los atributos de los espíritus o entidades sobrenaturales.
La magia puede entenderse de varias maneras. En una de ellas tienen un papel fundamental los espíritus, fantasmas y los muertos, como por ejemplo el juego de la ouija. Otro punto de vista pone más énfasis en una serie de hechos misteriosos e inexplicables que tiene lugar por medios que nadie conoce.
En la antigüedad se tenía a la magia como un arte oscuro y en la mayoría de los lugares estaba incluso prohibida. De hecho, se acusaba a muchas mujeres de practicar la brujería y estas eran quemadas en la hoguera cuando normalmente solo eran simples curanderas que se ganaban la vida con remedios caseros.
Pero, ¿Qué es en realidad la magia? Aunque podemos encontrar muchas opiniones distintas en torno de este tema, la mayoría lo relaciona con todo aquello que no sabemos explicar o que no entendemos cómo ha podido suceder. Puede llegar a confundirse con el azar o la suerte, pero la magia es algo más bien referido a lo que sucede de forma inexplicable.
Muchas veces la magia ha estado relacionada con el interés de los hombres por conocer nuestro futuro y siempre hemos tenido curiosidad por desarrollar técnicas o artes encaminadas a adivinar nuestro destino. Por eso, A lo largo de la historia ha tenido mucha importancia la astrología. Durante muchos siglos, por ejemplo, cuando nacían los reyes y personajes importantes de la corte, se les elaboraba su carta astral para mostrar cómo los astros iban a influir en su vida y su destino teniendo en cuenta las circunstancias de su nacimiento. Cuando Carlos II, el último rey de los Habsburgo nació, su carta astral predijo que tendría una personalidad enérgica, dinámica y voluntariosa. Le predijo, además una gran inteligencia dotada de una gran intuición. Lo cierto es que el tiempo demostró que su corta vida iba a estar repleta de problemas físicos e incluso de cierta debilidad mental que le hizo ganarse el apodo de El hechizado.
En la actualidad todavía a pesar de que saben que es imposible adivinar el futuro mucha gente siente el interés y la necesidad de conocerlo así que recurren a los horóscopos o a las videntes de la televisión por el mero hecho de querer saber el camino que va a tomar su vida. Sin duda, para algunos es un negocio que se basa en la necesidad de consejo o de tener la certeza de que todo se va a solucionar.
Algunas de las técnicas adivinatorias que más se utilizan en la actualidad son las siguientes:
• La cartomancia o el tarot. Es el arte de adivinar el futuro mediante las cartas, surgió en el sigo VII y derivan de los dados. En la antigüedad estuvo muy reclamada ya que se dice que una mujer llamada Marie-Anne adivinó hechos históricos de gran importancia como la caída de Napoleón o las muertes de Robespierre y Marat
• La quiromancia. Consiste en la adivinación a través de la lectura de las líneas y formas de la mano. Según esta técnica, los rasgos más importantes de nuestra personalidad, los acontecimientos más importantes de nuestro pasado y los sucesos de nuestro futuro están representados y reflejados entre las líneas y pliegues de nuestras manos, donde destacan la línea del corazón, la de la cabeza y la de la vida y la longevidad.
La quiromancia y el Tarot no son las únicas técnicas adivinatorias que existen. Algunas personas se declaran videntes y aseguran tener la capacidad de percibir el aura de las personas y el futuro al que se enfrentan. En algunas culturas se leen los posos que quedan en las tazas de café y existe quien utiliza los cristales (o la bola de cristal) para descubrir lo que va a ocurrir.
Mi opinión es que todo intento de adivinar el futuro se basa en antiguos mitos y tradiciones y no tiene ninguna base real, pero cuando tenemos oportunidad de intentar que nos adivinen el futuro nos resulta muy difícil resistir la tentación de saber qué nos pueden decir. Quizá algún día nos resulte posible. No sabemos lo que la mente humana puede dar de sí. Si Einstein solo utilizó un 25% de su cerebro es fácil imaginar lo que podemos conseguir cuando alcancemos un 50%.
Mi opinión es que todo intento de adivinar el futuro se basa en antiguos mitos y tradiciones y no tiene ninguna base real, pero cuando tenemos oportunidad de intentar que nos adivinen el futuro nos resulta muy difícil resistir la tentación de saber qué nos pueden decir. Quizá algún día nos resulte posible. No sabemos lo que la mente humana puede dar de sí. Si Einstein solo utilizó un 25% de su cerebro es fácil imaginar lo que podemos conseguir cuando alcancemos un 50%.
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