Daniel Rodríguez ..
James Douglas Morrison Clarke o como el mismo se hacia conocer y así le seguimos conociendo “Jim Morrison” nació en Melbourne, una pequeña ciudad en la cosca de Florida, Estados Unidos, el 8 de Diciembre de 1943 y murió en la capital francesa el 3 de Julio de 1971. Jim Morrison es considerado actualmente como un poeta, compositor y cantante. Pero las dos últimas, junto al grupo que él mismo creó son las que le llevaron por un duro camino a la fama. Fue el vocalista más influyente de toda la generación de los 60 con su grandísima aportación en el grupo que el mismo creó, un grupo de rock psicodélico llamado The Doors. El “Lizard King” de los 60, como así se le llamaba ha sido clasificado como número 47 en la lista de los 100 mejores cantantes de todos los tiempos en la revista Rolling Stone, pero a pesar del bajo puesto de clasificación en esta lista, no se le puede negar una enorme contribución al mundo y a la historia en cuanto a la música entendemos.
Desde joven, una vida dura y con bastantes libertades que serian símbolo de su después, locura, si así queremos llamarla. Con apenas 19 años, se fue de casa, pero lo que menos imaginó en aquel momento fue que seria tan gran icono de la música como es hoy en día, aunque solo fuese por el hecho de que su prioridad por aquellos momentos y desde pequeño era la poesía. Estudió literatura y mas tarde cine en la universidad. En la universidad conoció a el gran cineasta Francis Ford Coppola, el cual años después utilizaría el tema The End, canción cumbre de la banda a la que perteneció Jim Morrison, como banda sonora de introducción para Apocalypse Now. Terminó la carrera, callando la boca a muchas personas pero Jim no volvió a aparecer por aquella Universidad ni a recoger su título universitario, dado que había perdido todo interés por aquel título.
Decidió centrarse en lo que el realmente consideraba su verdadera vocación: la poesía. Se trasladó a Los Ángeles, California, donde comenzó a vivir en la azotea de un edificio o en diversas casas de chicas conquistadas por su bohemia vida y su aspecto estrafalario que tantas locuras conseguía despertar. Se puede decir que todo músico ciertamente loco tiene una época en la que las drogas son su único amor. Podríamos poner de progenitor de estos hábitos a Jim Morrison, dado que esta fue la época en la que empezó a experimentar con las drogas psicodélicas, como la marihuana o el LSD, la cual se llegó a considerar su favorita. Jim Morrison vivió totalmente la vida y la cultura hippie que empezaba a florecer. Vivió rodeado de esta manera de vivir pero nunca se llegó a considerar uno de ellos.
Actualmente alguien así tendría que ser llamado drogadicto, tonto, y mas adjetivos despectivos hacia él, pero no por ello estaba loco, como algunos ya le empezaban a llamar. Las leyendas urbanas de los años 60 contaban que tenía el elevado coeficiente intelectual de 149, bastante superior a la media, aunque no cuesta creerlo conociendo toda su vida académica y posterior a lo que se refiere a los estudios universitarios. Leía libros increíblemente complejos, y se decía que en la universidad charlaba extensamente con los profesores sobre esos libros.
En 1965 se encontró de casualidad con Ray Manzarek, ex compañero de la universidad y músico, y con intención de difundir su poesía a todo el mundo, Jim le mostró algunos de sus temas que podrían ser adaptados al mundo musical. Cuando Manzarek le pidió que le cantase algunas de sus poesías, quedó increíblemente sorprendido y le pidió que formara una banda junto a él. Después de muchísimos cambios en la banda, ya llamada “The Doors”, Ray Manzarek en los teclados, Robby Krieger en la guitarra y John Densmore en la batería además de la increíble voz de Jim, formaron lo que fue y sigue siendo, hasta que el tiempo diga lo contrario, una de las mejores bandas de toda la historia.
Con contratos sencillos, ya empezaban a dar sus primeros conciertos en bares cada noche, en los que se dice que empezaron como terminaron, con total independencia de todo, haciendo música a su manera que es lo que realmente volvía loco al público. Su último concierto donde ya era indispensable su actuación “Whisky a Go Go” fue distinto, dado que fue tremendamente drogado y casi obligado a tocar por sus compañeros.
El primer y último disco de The Doors se llamó así, con el sencillo de “Light my fire”. Durante el llamado verano del amor, el del 67, todo era de color de rosa para ellos, y así siguió siendo. Aunque Morrison abandonó su carrera por problemas con las drogas en el mejor momento de la banda. Murió por un paro cardiaco en París.
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