Álvaro Fernández Cicero..
“Es imposible ganar el Tour de Francia sin doping, todo el mundo lo sabe” señalaba Bernard Kohl a finales del año 2010. Bernard Kohl es uno de los muchos ciclistas que recurrieron a lo fácil para conseguir buenos resultados. En vez de luchar con la constancia de entrenar, y trabajar duro día a día, buscó el camino fácil… Como todos aquellos que fueron involucrados en la Operación Puerto, y todos los que año tras año decepcionan más a los que aún creemos en este deporte. Pero… ¿Qué es doparse? ¿Qué les lleva a doparse si saben que más tarde o más pronto van a ser cazados? ¿Qué sustancias utilizan para mejorar su rendimiento? ¿Quiénes?
Buscar una definición al término “doparse” es algo complicado, por lo que me remito a las palabras de la Agencia Mundial Antidopaje, que indican que “doparse” es violar una de las siguientes reglas:
-El uso, o intento de uso, de una sustancia o método prohibidos.
-Rehusarse a suministrar una muestra, no hacerlo sin causa justificada, o evadir de cualquier modo la recolección de muestras.
-No estar disponible para las pruebas fuera de competición, no presentar los papeles debidos, o no indicar dónde se encuentra en todo momento (en tres ocasiones a lo largo de 18 meses)
-Hacer trampa, o intentar hacer trampa de cualquier forma durante los controles.
-La posesión de sustancias prohibidas o de métodos prohibidos.
-La compraventa o intento de compraventa de sustancias prohibidas o de métodos prohibidos.
-Administrar o intentar administrar sustancias o métodos prohibidos a un atleta, o ayudar, alentar, asistir, encubrir o entrar en cualquier tipo de complicidad que involucre una violación o intento de violación de una regla antidopaje.
Dichas sustancias o métodos prohibidos en el ciclismo son muchos. Las sustancias más habituales son el EPO y la CERA. Y los métodos más importantes son las autotransfusiones de sangre. El desarrollo de las dos sustancias mencionadas anteriormente ha sido el principal motivo del desarrollo del dopaje en el ciclismo.
El EPO entró en escena por primera ocasión en el mundo del ciclismo en la Operación Puerto (la operación contra el dopaje más importante que ha habido, donde no solo eran involucrados ciclistas, si no todo tipo de atletas). Se trata de una hormona proteica que aumenta la cantidad de hematocrito en sangre mediante la superproducción de glóbulos rojos, hecho que mejora el rendimiento muscular. Esta sustancia fue utilizada por ejemplo por alguien tan importante en el mundo del ciclismo como Jan Ullrich. Es la sustancia que mejores efectos produce, por lo tanto es también la más utilizada.
La CERA, al ser una sustancia más reciente y más difícil de conseguir, viene siendo menos utilizada, pero es una sustancia que mejora los efectos del EPO, y que fue detectada por primera vez durante el Tour de Francia de 2009, por el ya mencionado Bernard Kohl, ganador de la montaña de esa edición.
Pero el método más antiguo y que más daño ha hecho a este deporte son las autotransfusiones de sangre. Se trata de un proceso en el que se extrae la sangre del propio ciclista, para meterlo posteriormente en cámaras frigoríficas a muy bajas temperaturas, y más tarde volvérselo a inyectar. Gracias a esto aumenta el nivel de oxigeno en sangre, lo que produce un mejor rendimiento de los músculos cuando se los somete a grandes esfuerzos.
Todos estos métodos fueron incautados en la ya citada Operación Puerto, en la que se identifica a 58 ciclistas de la elite mundial, aunque se habla de cifras mucho más elevadas. Esta operación significó un antes y un después en el mundo del ciclismo. Se trataba del año 2006, y eran tiempos de cambio generacional tras la retirada de Lance Armstrong. Se hablaba mucho de un prometedor ciclista como era Ivan Basso, o el veterano Jan Ullrich de cara al Tour de ese año como grandes favoritos. Pero dos ciclistas de esa talla estaban involucrados. Así como gente como Alejandro Valverde, la ilusión española, o el ya fallecido Marco Pantani, ídolo de masas. Todo lo acontecido dejaba al mundo del ciclismo consternado, y huérfano de estrellas de cara a los años venideros.
Pasaron los meses y la gente pensaba que tras el daño realizado por el doping, los ciclistas no se arriesgarían a algo tan absurdo, y a lo que es peor, a dejar a sus seguidores tristes y decepcionados. Pero siguió ocurriendo, y, de nuevo en casos muy importantes, como fueron en su momento los de Floyd Landis, Ricardo Riccó, Danilo Di Luca o Michael Rasmussen. Todos ellos ser alguien importante en este mundo y truncaron sus prometedoras carreras por algo tan absurdo, el hecho de hacer trampas.
Pero en los últimos años los que amamos este deporte hemos encontrado un atisbo de esperanza, hemos visto la luz al fondo del túnel. A pesar del caso Contador (algo impresentable por parte del TAS) los casos de ciclistas que han dado positivo en los últimos meses han sido muy pocos, casi ninguno. Esto se debe a las mejoras de los controles, en los que encuentran cualquier mínima sustancia, y en la conciencia de todas las agencias y organizaciones en contra del mundo del dopaje. Gracias a ellos se nos permitirá ver este increíble deporte en toda su realidad. Una realidad dura y trabajada, a veces demasiado, pero que da sus frutos en forma de espectáculo, y victorias. “Me siento estafado y engañado” contaba Franco Pelizotti tras demostrar que él no se había como habían hecho otros. Todos nos hemos sentido engañado por ciclistas, pero eso se acabó. El ciclismo está limpio. Yo creo en el ciclismo.
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