Los principios inmediatos que integran nuestro organismo no bastan por sí solos para garantizar una alimentación completa ni suficiente tanto para el hombre como para los animales. Bajo el nombre genérico de vitaminas se engloban las diversas sustancias orgánicas que el organismo necesita ingerir, aunque en cantidades casi inapreciables, para proveer a sus necesidades energéticas y estructurales. Hasta su descubrimiento por el doctor Eijkman en 1897, muchas enfermedades eran atribuidas a infecciones contagiosas, desconociéndose que sus causas eran debidas a la falta de determinadas vitaminas en la dieta.
Tipos de vitamina
Las vitaminas se clasifican en base a criterios de solubilidad en el agua o en los cuerpos grasos, ya que en ellas no existe ninguna analogía en cuanto a su estructura química. Según este criterio se clasifican en hidrosolubles y liposolubles.
Vitaminas hidrosolubles
Las vitaminas hidrosolubles, o solubles en agua, comprenden diversos complejos vitamínicos, entre los que se encuentran. El complejo vitamínico B, que es esencial para la nutrición; está formado por 12 sustancias entre las que se encuentra la vitamina B, factor antineútrico o antiberibérico que se halla en la yema de los huevos, en el hígado, y en el maíz, el arroz y el trigo. Resulta imprescindible en la nutrición para el buen funcionamiento del sistema nervioso. El complejo vitamínico B2 tiene varios compuestos como la lactoflavina de la leche, que es un auténtico factor del crecimiento. La vitamina PP es preventiva de la pelagra, y su carencia produce perturbaciones nerviosas que pueden llevar a una psicosis. La vitamina C es el ácido ascórbico, cuya carencia prolongada en la dierta origina el escorbuto. El proceso de la enfermedad empieza por inflamación de las encías, caída de los dientes, hemorragias, debilidad y dolores en las piernas. En los niños son típicas las lesiones óseas importantes.
Vitaminas liposolubles.
Entre las vitaminas liposolubles (solubles en lípidos) están:
La vitamina A, producida en el organismo a partir de provitaminas como el caroteno. Abunda en la manteca, la yema del huevo, la leche, las zanahorias y las espinacas. Es en el hígado donde se desdoblan los carotenos, mediante la acción de la carotinasa, pasando a vitamina A. Su carencia produce una enfermedad ocular (la xeroftalmia o cronificación del epitelio ocular) y también predispone enfermedades de tipo infeccioso.
La vitamina D, también llamada calciferol o vitamina antirraquítica, es necesaria para evitar el raquitismo, o sea una insuficiente calificación, sobre todo en la infancia; interviene en la regulación del calcio y el fósforo en la sangre.
La acción solar actúa sobre la provitamina dando lugar a la vitamina D.
La vitamina E o tocoferol es la vitamina antiesterilidad, que influye directamente en las funciones reproductoras de los animales en general, pero esto no se ha demostrado en el hombre. Es muy abundante en la jalea real, en el aceite de los granos de trigo, en las verduras y las legumbres.
La vitamina K, se halla en muchos alimentos. No se producen frecuentemente enfermedades carenciales, debido a la capacidad del organismo, en especial de la flora intestinal, para sintetizarla. Esta vitamina tiene un importante papel en el proceso de la coagulación sanguínea.
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