La libertad guiando al pueblo

Sara del Olmo ..

Eugène Delacroix nació en Charenton-Saint-Maurice el 26 de Abril de 1798, y murió en Paris el 13 de Agosto de 1863. Pertenecía a la alta burguesía y a una familia de ebanistas, artesanos y dibujantes.

Estuvo en contacto con los mejores artistas de la época; pintores, literatos como Víctor Hugo y Alejandro Dumas y con músicos de la talla de Chopin, Liszt, y Schubert.

“La libertad guiando al pueblo” o “La barricada” es una de sus obras emblemáticas. La pintó en 1830, y hoy se conserva en el museo de Louvre de París.

“He emprendido un tema moderno, una barricada, y si no he luchado por la patria, al menos pintaré para ella”. Con esta frase quiso Delacroix expresar el motivo de su cuadro, que representa la revolución que el pueblo francés originó como protesta a la pérdida de libertades del rey absolutista Carlos X. Tuvo lugar los días 27, 28 y 29 de julio de 1830, llamadas “Las tres jornadas gloriosas”

El cuadro tiene una estructura en forma de pirámide, en cuya base pintó los muertos por la libertad y hacia el punto más alto la imagen de una mujer con el pecho al descubierto, hecho que escandalizó a la sociedad de aquella época. La mujer, recuerda a la Venus de Milo o a la Victoria alada de Samotracia. Levanta con su brazo derecho la bandera francesa y en su mano izquierda sujeta un fusil, esto es el símbolo de la lucha por la libertad y el valor de la patria. En el cuadro aparecen personas de todas las clases sociales, es una revolución popular. El personaje del sombrero, que representa a un burgués, es un autorretrato de Delacroix, que, aunque no luchó de forma activa en la revolución, con este símbolo demostró su apoyo a la lucha.

En un segundo plano, a la derecha encontramos Notre-Dame, todo bajo un cielo tormentoso que es una característica más del Romanticismo.

Su juego de luces y el uso de los colores le dan al cuadro una gran sensación de movimiento y también de dramatismo.

Con su obra, Delacroix, dio un gran paso del neoclasicismo a la pintura moderna, sin dejar de mirar hacia lo antiguo.

El cuadro fue comprado por el Estado Francés en 1831, pero debido a las críticas, se le devolvió al autor en 1839. En 1848, el director de los museos nacionales lo reclamó y pasó a formar parte de la reserva del Louvre. El cuadro quedó expuesto en 1863 después de la muerte del pintor.

La obra es un icono universal de la lucha por la libertad.